'El Cementerio de la poesía' desvela su archivo

La palabra «cementerio» viene del griego koimeterion que significa dormitorio. Antiguamente se llamaban necrópolis, palabra del mismo origen que significa ciudad de los muertos. Al imponerse la creencia cristiana de que la muerte es solamente un tránsito y que cuando una persona fallece queda como dormida, se necesita un lugar donde pasar del sueño a la resurrección. Bajo el epígrafe 'El Cementerio de la Poesía' está convocada la presentación a modo de singular performance poética en la Biblioteca Central.

Aunque sorprende el nombre que el artista cántabro Chema Prieto ha elegido para esta creación, por las connotaciones de la palabra cementerio que evocan el tabú de la muerte y la distancia social, la intención del artista es otra bien distinta: «Desde hace tiempo, Chema Prieto, artista plástico y polifacético, viene elaborando proyectos relacionados con la brevedad de la vida y con la proximidad de la muerte, creando vanitas muy expresivas y representativas de esta realidad».

En algunos de sus trabajos, en cuya plasmación editorial, o como comisario, ha estado presente el editor Raúl Reyes, tuvo la idea de hacer participar a poetas cántabros o relacionados con Cantabria, llegando a realizar poéticas originales que dichos autores presentaron junto a las fotocomposiciones de Prieto. Fue este tipo de iniciativas los que le hicieron imaginar «un lugar donde se pudieran depositar poemas originales y que permanecieran 'durmientes' hasta el momento de una futura «resurrección».

Prieto localizó en un anticuario un mueble antiguo que podía servir a estos fines. En realidad, se trataba de un archivador metálico con capacidad para más de 500 fichas, que originalmente se utilizaba para guardar las tarjetas de los proveedores y clientes de una vieja droguería de Santander.

Disponía de varios cajones y espacios verdaderamente especiales, que bien podrían servir para albergar esos poemas. Lo restauró, lo preparó para dicho fin y lo bautizó como el «cementerio de la poesía», siendo para él «un dormitorio donde los textos esperarían al día en que pudieran despertar de su sueño y encontrar de nuevo la luz».

Para completar su creación pensó, asimismo, en paralelo en un «libro de visitas», donde personas relacionadas con la cultura en general pudieran plasmar su impronta en forma de frases, dibujos, pinturas y fotografías, y así acompañar a los poemas y contribuir todo ello al enriquecimiento del contenedor de arte.

Para poder participar en el depósito de una obra, los poetas deben elaborar un texto original de su puño y letra que plasman en una de las fichas de papel originales del archivador.

Es una especie, explica Prieto, de «ritual ceremonial que ensalza la creación artística de los autores». El 'cementerio de la poesía' se creó inicialmente en el año 2020, aunque debido al confinamiento permaneció inactivo varios meses.

Una vez retomado el proyecto, en la actualidad cuenta con unos ochenta textos poéticos de diferentes estilos y generaciones. Y el libro de visitas registra unos treinta artistas que han dejado sugerentes obras para ser compartidas.

Ahora, el proyecto artístico-literario será presentado en público el próximo martes, a las 19.00 horas, en el Salón de Actos de la Biblioteca Central de Cantabria. En la velada se conocerá el trabajo de Chema Prieto y se abordará en vivo la ceremonia de elaboración y archivo de los poemas.

En ella participarán tres voces de reconocida trayectoria, el poeta y editor Carlos Alcorta, autor de 'Acto de presencia. Poesía reunida', 1986-2020; Ana García Negrete, autora de 'Descrédito de la certeza', Premio de poesía José Luis Hidalgo, y Juan Francisco Quevedo, autor de 'Una mirada a este tiempo nuestro', quienes escribirán sus textos de cara al público. Tras su escritura, procederán a su lectura en público.

Además, está previsto que el pintor santanderino Francisco Díaz, artista versátil que ha compartido su pasión por el arte con la actividad docente, cuya creación plástica ha representado una de las miradas más personales sobre el paisaje, evolucionando en personalidad y solidez. quien mostrará el ritual de inscripción de su pintura en el libro de visitas y elaborará una obra en vivo, sumándola al proyecto. A continuación, se permitirá a los asistentes, con entrada libre, observar de cerca el archivador, sus espacios y las obras que contiene.