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El Centro de Arte Rupestre de Cantabria (CARC) es una iniciativa paralela al proyecto del nuevo Museo de Prehistoria y Arqueología (Mupac) que colocará a la región «no solamente a la altura del resto de los participantes en el bien Patrimonio Mundial, junto con ... el Museo de Altamira, sino a la cabeza en cuanto a gestión, conservación, investigación y difusión de este bien patrimonial», destacó el director del museo y de la red de cavidades cántabros, Roberto Ontañón. Lo hizo durante su participación en el seminario 'El arte rupestre en los albores del tercer milenio: investigación, valorización y uso social', que incluyó una visita a las obras de construcción del CARC en Puente Viesgo y que permitió a los asistentes comprender «una complicada cadena que pasa por la transferencia del conocimiento, la mediación y la difusión e incluso explotación turística de este recurso», explicó el experto en el patrimonio prehistórico de Cantabria.
Una vez finalizado el Centro de Arte Rupestre, explicó Ontañón, se convertirá en un elemento fundamental en la dinamización del arte rupestre como recurso de desarrollo socioeconómico de Cantabria, una comunidad que cuenta con diez cuevas declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco y que gracia a este impulso se situará por fin al nivel de las comunidades vecinas en este ámbito. En ese sentido, destacó el director del Mupac, el centro tiene el objetivo de integrarse en un nuevo circuito de la Prehistoria y del arte rupestre de Cantabria, dirigido tanto al público mayoritario como al especializado: «Queremos que los visitantes no vengan al museo de Altamira, vean Santillana y luego se vayan a otro sitio, sino que en ese circuito incluyan este centro de arte rupestre, que va a tener una exposición maravillosa aparte de la visita a las propias cuevas, y el nuevo Mupac». Ese potencial, destacó, lejos de suponer una la competencia con las comunidades limítrofes, va a permitir «colaborar y trabajar en red para conseguir que más gente quiera venir a conocer este magnífico patrimonio».
Otro de los valores del nuevo espacio, más allá de constituirse como un elemento dinamizador del arte rupestre en toda la región, será el de convertirse también en un elemento dinamizador dentro del pequeño municipio de Puente Viesgo. En ese sentido Miguel Huelga, arquitecto del estudio asturiano Sukunfuku responsable del proyecto, señaló que «hoy en día un proyecto museográfico o cultural no solo vive de lo que expone, vive de las sinergias con el entorno». Huelga definió el centro como «flexible», aludiendo al hecho de que además de la exposición permanente, el espacio va disponer de una sala temporal muy conectada con el vestíbulo central, así como una sala polivalente y una zona de hostelería con una relación íntima con el exterior: «Va a poder funcionar como un centro multifuncional de verdad, bien sea para congresos, convenciones, recepción de visitantes, presentaciones de libros…», concluyó.
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