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La infraestructura cultural y arquitectónica más importante de los últimos años de Santander, el Centro Botín, cumple un lustro. El 23 de junio de 2017 se inauguraba la nueva sede de la Fundación, un centro de arte sobre el Muelle de Albareda diseñado por el ... arquitecto Renzo Piano. Precisamente este año se cumple, asimismo, una década del inicio de las obras que se prolongaron durante cinco años desde la simbólica primera piedra ubicada en 2012. Aunque aún «es un centro de arte joven y con mucho camino por delante», la Fundación no quiere dejar pasar la oportunidad de celebrarlo con todos, tanto los que ya lo han vivido y disfrutado como los que no, ya sean vecinos de Santander y Cantabria o visitantes de fuera de la región». Con esta celebración, la institución santanderina pretende aprovechar para «seguir mejorando su integración en el entorno y en el tejido cultural de la región, e incrementar si cabe la participación de todos los ciudadanos en sus actividades».
El aniversario se ha planteado como una fiesta vinculada a la creatividad y las artes, «en la que no faltarán elementos propios de este tipo de celebraciones como la tarta, las bengalas e, incluso, la canción de cumpleaños». Los preparativos comienzan este mes con la creación de «la banda sonora» del cumpleaños, plasmada en una canción de cumpleaños actual, pegadiza y divertida.
Creada por Ain the Machine, músico brasileño y DJ residente en Berlín, esta melodía tan especial tendrá como único instrumento el propio edificio del Centro Botín y sus visitantes, para lo cual, a lo largo de este mes, se están grabando sus sonidos e imágenes gracias a distintas actividades. Además, a esta canción le acompañará un videoclip participativo. Ain the Machine compondrá la melodía recabando esos sonidos que hace el propio Centro Botín y grabando -en audio y vídeo- tanto a las personas que trabajan en él como a los participantes de algunas de las actividades que estos días se llevan a cabo. En la actividad '¿Me regalas un movimiento? el músico brasileño y DJ residente en Berlín recorre, junto a Babirusa Danza, los barrios de Santander ( los días 19 y 20, de 10.00 a 20.30 horas: Mercado de la Esperanza, Interfacultativo Universidad, Zona General Dávila, Barrio Pesquero, La Albericia, Cueto) «para grabar movimientos que se incluirán en el vídeo de la canción, contando para ello con la participación de toda la ciudadanía».
PARTICIPACIÓN
El vídeo, junto a la melodía que se cree, «formará parte del videoclip en el que se verán reflejadas todas las personas que hayan participado en esta divertida creación conjunta». La canción se convertirá en un show audiovisual para disfrutar y bailar el día 25 de junio en la fiesta del quinto cumpleaños del Centro Botín. Al día siguiente, el viernes 20, de 16.00 a 20.30 horas, los Amigos del Centro Botín están llamados a crear con la ayuda de Babirusa, y en grupos de 20 personas, «pequeñas coreografías realizadas de forma sencilla y conjunta».
Las celebraciones se extenderán durante seis días, del 20 al 25 de junio, con actividades de todo tipo vinculadas a las artes y la creatividad, una programación que se comunicará próximamente y que estará abierta al público. En su apertura el edificio programó una semana configurada por diversos actos inaugurales. El doble volumen se concibió como un espacio para el arte destinado a generar una programación cultural y educativa. La construcción, que supuso también la ejecución del túnel para soterrar el tráfico y la remodelación y ampliación de los Jardines de Pereda, supuso una inversión de más de 80 millones de euros, según las cifras oficiales, aunque el coste real fue muy superior.
Uno de los aspectos más positivos de este periodo ha sido la creciente respuesta no ya de los ciudadanos cántabros sino de visitantes, además de la celebración de importantes exposiciones con gran repercusión mediática nacional e internacional. Tras el confinamiento por la pandemia el Centro Botín fue uno de los primeros espacios de arte en reabrir sus puertas.
En lo negativo, todavía sin resolver, destaca el hecho de que la singularidad formal y arquitectónica que aporta la piel de cerámica, con más de 280.000 piezas, haya estado acompañada de problemas desde las primeras semanas. En 2018 se decidió, tras sucesivos estudios, la instalación de una malla o red envolvente en gran parte de las fachadas del edificio, que aún es visible.
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