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Detalle de la vídeoinstalación, en el centro de la sala, que combina tres trabajos anteriores 'Ravel Ravel', 'Take Over' e 'If and Only' Fotos: Daniel Pedriza / Vídeo: Héctor Díaz

El Centro Botín como instrumento

Anri Sala convierte el espacio de Renzo Piano en una sinfonía visual de música y movimiento | Cómo alargar el presente y el posicionamiento del espectador en el espacio son los ejes de la creación ad hoc del artista libanés, estructurada en tres actos o movimientos

Guillermo Balbona

Santander

Sábado, 14 de diciembre 2019, 07:42

El caracol, la caja de música y el cilindro. El Centro Botín como instrumento. Imagen, música y movimiento. Un conjunto de pantallas gigantes constituye el epicentro del espacio en la segunda planta del centro de arte santanderino. Flanqueando esas proyecciones, las dos alas, la que mira a la bahía y la que se enfrenta a la ciudad, proponen otras tantas piezas: la primera jugando con la perspectiva y el paisaje; la segunda, oculta a la fachada urbana. Toda la superficie expositiva se postula como un instrumento en sí mismo que interpreta una obra en tres actos y movimientos. «El visitante es el que debe moverse alrededor de la obra. Uno elige donde situarse, donde pasear, elige en realidad el propio ritmo de los vídeos».

Anri Sala habla de «herramienta y de coreografía» y se sitúa al otro lado de la realidad virtual y la inteligencia artificial, en esa ecuación de «estética y política, de resistencia a esa reducción de la conciencia del posicionamiento de cada persona».

El artista de origen albanés, protagonista de la última producción expositiva del Centro Botín –aunque enlazará con la temporada de 2020 al permanecer abierta hasta mayo–, confiesa su querencia por el «presente», verdadero eje del contenido y la propuesta ad hoc, elaborada expresamente para el espacio de arte santanderino. Y para ello elogia y se muestra partidario de la excelencia del lenguaje de la música, «el único como han demostrado los estudios del cerebro humano que permite captar el presente, producir la sensación de simultaneidad».

La música, la de una caja adherida a un cristal, la de un cilindro que se hace eco del encuentro de unos patrones de papel pintado y las tres composiciones elegidas para los vídeos que acaparan con imagen y sonido el corazón de su instalación, es la entraña de su creatividad. En este caso, no existe el sentido frontal de la mayor parte de las exposiciones convencionales. La planta del edificio de Renzo Piano requiere que el visitante se mueva de manera anárquica, «discurra por el itinerario que él decida hasta encontrar, o no, una posición». Porque sus planteamientos tras los tres movimientos o actos que componen su comparecencia en el CB (la segunda en España tras el CAC de Málaga) habla «de las decisiones que tomamos, de la subjetividad». Todo es un gran partitura, el contenido musical y la cuidada forma que traducen el arte en este concierto de cámara a varias voces.

La muestra

  • En datos Anri Sala: AS YOU GO (Châteaux en Espagne) Comisario: Benjamin Weil, director artístico del Centro Botín.

  • El contenido Hasta el 24 de mayo de 2020. Antes, en abril, ofrecerá un taller en la institución santanderina. La muestra cierrael programa expositivo de este año. Tres instalaciones monumentales que ocuparán la totalidad del espacio expositivo de la segunda planta del Centro Botín

  • El artista Afincado en Berlín, el albanés Anri Sala ha expuesto individualmente en números centros, caso de Castello di Rivoli, Turín , Museo Tamayo, Ciudad de México, New Museum, Nueva York, Centre Pompidou, Serpentine Gallery, y ha participado además en grandes muestras colectivas y bienales, como Venecia, Documenta o Sao Paulo

La directora ejecutiva del Centro Botín, Fátima Sánchez destacó que esta muestra ha supuesto «un montaje complejo y un desafío, que fruto del trabajo en equipo, ha alcanzado la máxima calidad posible». Los responsables del Centro Botín anunciaron que la institución va a adquirir dos de las obras de la muestra.

El artista de Tirana (1974), influyente y referente internacional del mundo del arte, del Pompidou a Bienales como la de Venecia, se ha prodigado poco en España aunque como refleja internet con profusión dejó huella con '1395 Days Without Red' (2011), la película sobre Sarajevo, protagonizada por Maribel Verdú, y que forma parte de la colección del Macba (Barcelona). En el espacio de Piano plantea su nueva y depurada indagación en la música y los «tiempos arquitectónicos» del espacio intervenido. Benjamin Weil, director artístico del Centro Botín y comisario de la muestra, destacó «los secretos dentro de los secretos, lo esotérico y práctico y el esfuerzo» inherentes a la obra.

Bajo el epígrafe la muestra bautizada como 'As you go' (según avanzas), Châteaux en Espagne (Castillos en el aire), invita al espectador a un mantra oficial: «Reflexionar sobre nuestra forma de relacionarnos con la imagen en una era caracterizada por la saturación mediática». Música y tiempo conforman el diapasón de la muestra, una conjunción de banda sonora, cuerpos temporales y metraje.

En su cuerpo central suena en la oscuridad el Concierto para piano para la mano izquierda en Ravel Ravel; La Marsellesa y La Internacional en 'Take Over', y La elegía para viola de Stravinsky en 'If and Only If'. En todas las pantallas la música se toca de manera continuada.

En los extremos de la sala tienen lugar «los paréntesis» como los llama Anri Sala. En ambos se certifica su interés «por la interacción entre la imagen en movimiento, la música y el espacio arquitectónico».

No obstante, lo matizó el propio artista: «No elijo la música para mis obras por lo bien que suenan o por su belleza, sino por la arquitectura que crea y lo que significa. Cada pieza es en sí una obra de arte que pertenece a un tiempo concreto». De hecho, explicó, «la música es como un fósil: al escucharla, uno puede leer sobre su pasado y sobre los asuntos que se fraguaban en el tiempo en que se compuso».

Sala investiga también las fracturas del lenguaje, la sintaxis y la música, suplantando viejas narrativas y ficciones a través de nuevas interpretaciones de la historia, incluyendo además unos diálogos más ricos en matices.

Daniel Pedriza
Imagen principal - El Centro Botín como instrumento
Imagen secundaria 1 - El Centro Botín como instrumento
Imagen secundaria 2 - El Centro Botín como instrumento

El artista propone una nueva forma de entender la imagen en movimiento: tres pares de vídeos, cada uno con una narrativa diferente pero todos relacionados con la interpretación musical y las variaciones de tiempo, desfilan por una pantalla de treinta metros cuya forma alude directamente al edificio. Asoma un pianista y también un caracol que asciende por el arco de un violinista a medida que discurre la interpretación. Sala ha coreografiado ese movimiento de las imágenes de izquierda a derecha recurriendo a unos intervalos en blanco, con los que crea un ritmo visual concreto, y a dos pantallas translúcidas ubicadas a ambos lados de la principal.

Frente a la bahía, una nueva versión de la serie de obras que el artista ya ha desplegado en otros nueve lugares del mundo. «Es un ejercicio de recontextualización» de Sala que produce réplicas de algunos de estos ventanales y las expone como esculturas en otros emplazamientos. 'No Window No Cry' (2012) es la réplica del ventanal que hizo en el Centro Pompidou que distorsionaba la imagen del exterior e iba acompañada por la caja de música que hace sonar el 'Should I Stay or Should I Go' de The Clash. La obra trae el espacio exterior al interior y funciona como «otra capa más del edificio».

Y al otro extremo de la sala el papel pintado cubre la vista de la cristalera que da a la ciudad. Es su experiencia sinestésica: «El espectador no sabe si el sonido conforma la imagen que ve o es la imagen la que da forma al sonido»».

El proyecto de Anri Sala para el centro de arte santanderino, a juicio de Benjamin Weil, «llena de dinamismo los espacios» de la segunda planta del volumen expositivo, convirtiéndolos en parte integral de su propuesta artística mientras crea nuevas estructuras narrativas al recontextualizar sus propias obras».

Weil destacó el catálogo de la muestra por haberse concebido casi como si fuera el cuarto movimiento de la muestra, al aludir al uso de la música: Las fotografías en la publicación se han dispuesto de forma que tratan de replicar la experiencia que el espectador vive al visitar la exposición y relacionarse con las videoproyecciones: todo el libro se ha estructurado de tal modo que es «como si el lector también avanzara entre las pantallas al ir pasando las páginas».

Anri Sala, en definitiva, siempre conjuga varias disciplinas y «busca generar una experiencia multisensorial en el espectador». Pero, cómo dialogar con esa propuesta de imagen, sonido y espacio; cómo afrontar el encuentro con los tres actos de su particular transformación del Centro Botín. Toda respuesta está incluida en el propio deseo primordial del artista albanés: que «el público tome decisiones».

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