El Centro Cívico de Tabacalera acoge desde mañana el regreso expositivo de Ángeles Cereceda

La exposición, que se abre al público mañana martes reúne un grupo de 6 paisajes y 12 retratos que suponen una representación del momento profesional en el que se halla la pintora. «Sin duda es muy difícil resumir mi trabajo en una exposición porque para mí es muy importante no encasillarme ni en los temas que pinto ni en como los afronto técnicamente».

En este caso todas las obras son óleos sobre tela, «aunque podría haber incluido dibujos o acuarelas... No soy sólo retratista ni sólo paisajista porque no podría pintar retratos sin pintar paisajes, son diferentes retos que se complementan».

Cereceda apunta que es «un reto la fuerza de una mirada, el parecido, la proporción, la contención de un retrato y ese esfuerzo no sería posible sin el desafío de 'soltar' la mano sin límites con la excusa de pintar un paisaje. Ir de un extremo a otro es una necesidad que me mantiene fuera de la peligrosa rutina de las soluciones técnicas y me obliga a pintar como si cada vez fuera la primera oportunidad que tengo de describir algo».

Aunque se confiesa muy orgullosa de sus raíces cántabras, aprendió y se formó como pintora en el Mediterráneo y «creo que eso queda bien reflejado en los paisajes, la luz y el color que he adoptado a la hora de enfrentarme a un paisaje que viene de mi entorno y ya es parte de mi forma de ver ver las cosas. Aprendí a pintar pintando paisajes, siempre los he pintado y no puedo dejar de hacerlo aunque últimamente me ocupe más tiempo el retrato». Hace ya más de tres décadas que celebró su primera exposición individual y sólo ocasionalmente mostraba algún retrato. En 2014 se planteó el desafío de ahondar en un tema que siempre rehuyó por ser algo demasiado ligado al encargo y por eso mismo también abocado al fracaso. «Sigo pensando lo mismo, cuando alguien encarga su retrato es difícil que coincida la propia visión de uno mismo con el resultado del artista, pero ¿por qué no asumir el reto de convencer con tu propia visión de la persona?».

Asumiendo ese juego ha ido pintando muchos retratos desde entonces, algunos de de los cuales forman parte de esta exposición. Otros pertenecen a un proyecto en el que está trabajando, una exposición sólo de retratos con el argumento de la pandemia. «Son los retratos en los que, de alguna manera, la mitad de la cada se esconde en alusión al uso obligado de mascarillas. Me pareció muy interesante experimentar el pintar un retrato asumiendo que debía ocultar la mitad del rostro pero sin perder parecido y concentrar la fuerza en las miradas que eran nuestro único dato en este tiempo de pandemia».

Actualmente Cereceda expone en Japón, pero esta muestra en Santander es muy especial para ella: «Es una vuelta al inicio, nací aquí y aquí hice mi primera exposición en solitario fuera de Mallorca. Es como volver a celebrar la ilusión de mis comienzos pero con el placer de conocer más a fondo mi tarea y el convencimiento de que el único éxito es poder seguir trabajando. Quisiera tener el gesto de dedicársela a mi madre, de quien heredé el talento y aún estando lejos siempre se siente y me hace sentir de esta tierra».

Se presenta en Santander así después de casi treinta años con una muestra que reúne algunas de sus últimas obras. «No se me ocurre mejor manera de describirme como pintora que a través de mi trabajo, por eso la he titulado 'Autorretrato'».