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Su mirada se refleja mucho más allá de una mera fotografía. El calificativo de poeta visual encaja a la perfección a la hora de fijar su creación, aunque sea insuficiente, y durante décadas ha sabido construir y evolucionar su poética como un lugar en ... el mundo reconocible. Un mundo que ya no es el que miramos y que, sin embargo, ha convertido en un relato que nos narra de otra manera. Chema Madoz, como ya se avanzó, será el gran protagonista del otoño expositivo con la exposición que se exhibirá en las Naves de Gamazo. La muestra es fruto de la iniciativa de la Fundación Enaire que otorgó su Premio honorífico de fotografía al artista. Con motivo del 30 aniversario de la entidad, el premio incluía una muestra de cuatro meses en Santander de la que ahora se van conociendo detalles.
Considerado «un mago de la fotografía contemporánea, que navega entre el surrealismo y la poesía visual, construyendo un universo mágico, con un lenguaje propio y con una enorme personalidad creativa, que sugiere e invita a la reflexión», Madoz reunirá desde el próximo día 14 de noviembre a marzo de 2025 más de un centenar de obras y algunos de los objetos que han acompañado otras muestras, o que forman parte de su proceso de creación. El proyecto de Enaire, con Margarita Asuar, su directora gerente, a la cabeza, es copar la doble sala que configura la sede de Gamazo con fotografías representativas de su trayectoria, objetos y un audiovisual que trazará un recorrido sobre su vida. La intención es complementar la muestra con la posibilidad de una visita guiada a través de un audio grabado por el propio Madoz. Antes de las navidades está prevista una visita presencial del propio creador. El proyecto está comisariado por Borja Casani, periodista y editor, fundador y activista cultural, director de publicaciones históricas como La Luna de Madrid. El blanco y negro, la poesía visual y el objeto configuran el universo del fotógrafo más internacional del arte contemporáneo español. En palabras de Madoz, lo importante es que «la imagen siga manteniendo un cierto misterio, un cierto interés, que no sea algo que se agote. Me gusta que perdure en esa fotografía algo que siga ejerciendo sobre el espectador un cierto atractivo, que te permita convivir con ella con el paso de los años». La poesía, la literatura, la música forman parte esencial de su ADN imaginario, junto con los libros, las velas o los cuchillos.
Madoz (Madrid, 1958) es uno de los artistas españoles con mayor reconocimiento. Durante los 80 sus fotografías ofrecen un aire teatral y surrealista. Después, comienza a prescindir de la idea de azar y la sustituye por una recreación de imágenes mentales. Deja de emplear «elementos externos como la luz natural o los modelos y comienza a desarrollar el concepto de objetos desde el blanco y negro». Mantiene una cuidada iluminación y simplicidad en su presentación.
Su obra ha sido expuesta en numerosas galerías, museos y centros de arte a nivel nacional e internacional. Galardonado con el Premio Nacional, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2019 y el Premio Aula de las Metáforas, también logró el Premio PhotoEspaña. En Cantabria su obra ha estado ligada a la galería Siboney, expuso en el proyecto Robayera, en la Caverna de la luz, en Gil y PHotoEspaña y en numerosas colectivas, además de estar presente en colecciones cántabras como Bragales.
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