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Lola Gallardo
Sábado, 7 de mayo 2016, 09:21
. Primera luz: la nueva ola polaca 1956-1965 es el título del nuevo ciclo de cine que estrenó ayer la Fundación Botín y que se prolongará todos los miércoles hasta el 29 de junio. El programa se compone de nueve películas de grandes ... directores polacos como Andrzej Wajda, Roman Polanski, Jerzy Skolimowski o Andrzej Munk. Se trata de una generación de directores que surgió en Polonia tras la muerte de Stalin que acercan un cine que refleja la historia de su país, con ambigüedad en las tramas, personajes repletos de contradicciones y personas atrapadas en situaciones que escapan a su control.
11 de mayo.
Proyección de la película Eroica (1938) del director Andrej Munk. Será, como todas, a las 20.00 horas.
18 de mayo.
Madre Juana de los Ángeles (1961), del director Jerzy Kawalerowicz.
25 de mayo.
Cuchillo en el agua (1962), es una película del director Roman Polanski.
1 de junio.
Los brujos inocentes (1960), del director Andrzej Wajda.
8 de junio.
Señas de identidad desconocidas (1965), de Jerzy Skolimowski.
15 de junio.
El arte de ser amado (1963), del director Wojciech Has.
22 de junio.
La Cruz Negra (1960), una película dirigida por Aleksander Ford.
29 de junio.
Salto (1965), de Tadeusz Konwicki cierra el ciclo de cine, que es de entrada libre, hasta completar aforo
El ciclo será los miércoles, a la 20.00 horas, con entrada gratuita hasta completar aforo está coordinado por Richard Peña, director emérito del New York Film Festival y profesor de film studies en la Universidad de Columbia y el Instituto Adam Mickiewicz (Varsovia). Peña presentó ayer el ciclo acompañado por Fátima Sánchez, directora del Centro Botín.
Peña explicó ayer que el movimiento denominado Nueva ola polaca irrumpió en el panorama cinematográfico internacional como complemento de otras corrientes similares surgidas en Francia, Inglaterra, Japón o Brasil y tuvo gran influencia en tendencias. Y explicó que esta época fue la más rica en producción unas cuarenta películas al año; lo que supuso un momento de cambio respecto a la nacionalización del cine polaco hasta 1955.
Conseguir las versiones originales ha sido posible gracias a la colaboración del Instituto Adam Mickiewicz (Varsovia). El ciclo comenzó ayer con la proyección de Cenizas y Diamantes, película del año 1958 del cineasta polaco Andrzej Wajd. Un film que cuenta cómo dos soldados del ejército polaco reciben el encargo de asesinar a un líder comunista.
En mayo también se proyectarán Eroica, de Andrzej Munk, una especie de sinfonía sobre el concepto de heroísmo. La película narra dos historias separadas, aunque resonantes. La primera, en tono amargo, retrata a un vividor y, la segunda, más surrealista, un soldado polaco que trata de escapar de un campo alemán y se convierte en héroe.
Al siguiente miércoles llegará Madre Juana de los Ángeles, de Jerzy Kawalerowicz, basada en un hecho real sobre un grupo de monjas que empezó a sufrir posesiones demoniacas y a las que intentó liberar del mal un sacerdote. Mayo termina con El cuchillo en el agua, de Roman Polanski, nominada al Oscar a la mejor película extranjera.
El ciclo continuará en junio con la proyección, también los miércoles, de Los brujos inocentes, de Andrzej Wajda, donde un apuesto médico, cansado de que le persigan las mujeres, conoce a una joven. Se trata de un retrato de la generación de la posguerra. Señas de identidad desconocidas, de Jerzy Skolimowski es una metáfora de la vida, mientras El arte de ser amado de Wojciech Has habla sobre la culpa y la memoria. La cruz negra, de Aleksander Ford, es un espectáculo histórico y Salto, de Tadeusz Konwicki comienza con el salto de un hombre desde un tren.
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