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Fernando Pellón y Amaia Fyner Velilla, en una escena del cortometraje ‘One step ahead’.
"Con la luz que tiene Cantabria es muy difícil no rodar una buena película"

"Con la luz que tiene Cantabria es muy difícil no rodar una buena película"

Los hermanos Caque y Juan Trueba, ganadores del Premio Cantabria Film Commission en el Festival Nuevas Olas, ultiman un nuevo cortometraje ambientado en la región

Rosa Ruiz

Martes, 11 de octubre 2016, 07:29

Los hermanos Caque y Juan Trueba sumaron el pasado sábado un nuevo galardón a su trayectoria en el mundo del cortometraje. Su trabajo, One step ahead, el primero que hacen juntos, fue galardonado con el Premio Cantabria Film Commission, dotado con 1.000 euros por la Consejería de Cultura, del VI Festival de Cine Santander Nuevas olas. El filme protagonizado por los televisivos Aura Garrido (El ministerio del tiempo), Alejandro Albarracín (Tierra de lobos) y Lara de Miguel (Compañeros), está rodado en Cantabria, en Solórzano y Hazas de Cesto, y se estrenó en la Filmoteca regional en junio del año pasado. Desde entonces hasta ahora han sido muchos los reconocimientos que ha obtenido por distintos festivales nacionales, como el de Haro en Logroño. También recibió el premio a mejor dirección de fotografía en el Dakino International Film Festival de Bucarest.

Es el tercer cortometraje profesional que realiza el licenciado en Comunicación Audiovisual, Caque Trueba, tras Mi día favorito (2010) y El príncipe de la clase (2012), un santanderino afincado en Madrid donde trabaja en una agencia de representación artística y que tiene una forma muy personal de ver el cine: «Nuestras películas tienen mucho que ver con el modo que tenemos de entender las cosas. Son muy personales, pero pensadas para un público en general», señala.

A este último trabajo se sumó su hermano, el actor Juan Trueba que también vive en Madrid y que ya había protagonizado sus dos cortos anteriores. «Desde que nació la idea estuvo en el proyecto, incluso la escritura del guión la hicimos juntos, así que lo normal es que lo dirigiéramos también», dice. Y esa idea refleja dos formas opuestas de enamorarse. «La de él, un convencido de que el amor es para siempre y la de ella una escéptica que cree que eso es un cuento de niños. Cuando la vida les separa él aprende que todos tenemos nuestras cicatrices y ella que la vida sin ellas no merece la pena», explica Trueba.

Una de las grandes bazas de este proyecto está en las interpretaciones de los protagonistas. Tres nombres muy populares de la televisión española. «No fue nada difícil convencerles explica Trueba. Nos pusimos en contacto con sus representantes y les hicimos llegar el guión y, la verdad es que desde el principio quisieron participar».

A esto se le suma una cuidada fotografía, otro de los valores de esta película de quince minutos y medio. «Es muy difícil no lograr una buena fotografía en Cantabria. De hecho todos mis trabajos están hechos ahí porque creo que es una región que se presta al cine. No me extraña nada que la productora Plano a Plano haya elegido Santander como escenario de la serie La verdad, porque a pesar de la climatología cualquiera de sus paisajes y sus rincones con esa luz tan maravillosa es un marco de película».

Su primer corto Mi día favorito se rodó en el entorno de La Magdalena y en ella se habla de los amores de verano y de los largos días de playa. En el segundo, El príncipe de la clase, las aulas del Colegio Castroverde sirven para localizar el argumento: «una historia sobre los difícil que es intregrarse en grupos sociales distintos a los tuyos».

Aunque viven en Madrid los dos hermanos ya planean un nuevo trabajo en conjunto que también quieren rodar en Cantabria. Presentaron el proyecto durante en el apartado que el Festival Nuevas Olas dedica a ayudar a los jóvenes realizadores cántabros. «Al final eligieron el de Lucía Venero, pero nos alegramos mucho por ella, la verdad», dice. Y es que, si algo destaca este realizador es la ayuda que ha recibido de otros cortometrajistas de esta región. «Sobre todo de Burbuja Films, de Nacho Solana, Álvaro de la Hoz o la propia Lucía Venero. A veces creo que si no hubiera sido por ellos no hubiera salido la película».

Otro gran apoyo para que el filme fuera posible fue el Gobierno regional. «Optamos a una de esas ayudas que convoca para los trabajos audiovisuales y nos la dieron. Con ese dinero construimos una cabaña que es donde se desarrolla una parte de la trama. Sin esa aportación no habría sido posible».

El nuevo proyecto de los Trueba también está relacionado con el amor. «Otra historia de chica y chico con un gran giro argumental final», dice. Pero además ambos hermanos trabajan en otros proyectos por separado. Caque rodará con otro equipo una película de cine más social relacionada con los mayores, mientras que su hermano compaginará su carrera de actor con otros cortos.

De momento, Caque Trueba, aparca su proyecto de rodar un largometraje. «Es algo que está en la cabeza de todos los que hacemos esto, pero imagínate, con todo lo que nos cuesta encontrar financiación y ayudas para un corto, lo de hacer un largo es algo cada vez más inviable».

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