Acoso y desgarro
Netflix. Miniserie. ·
Melancólica pero dura, de humor negro, muy negro, y a la vez profundamente desgarrada, la miniserie confesional posee una tristeza intrínsecaSecciones
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Netflix. Miniserie. ·
Melancólica pero dura, de humor negro, muy negro, y a la vez profundamente desgarrada, la miniserie confesional posee una tristeza intrínseca'Misery', a su lado, es un juego inocente. Incómoda, e histérica muchas veces, la miniserie de nombre desconcertante, 'Mi reno de peluche' –podría haber sido perfectamente un filme de dos horas– es una de las sorpresas de la temporada.
País Reino Unido
Año 2024
Dirección Richard Gadd (Creador), Weronika Tofilska, Josephine Bornebusch
Guión Richard Gadd
Reparto Richard Gadd, Jessica Gunning, Nava Mau, Tom Goodman-Hill
Género Drama
Melancólica pero dura, de humor ... negro, muy negro, y a la vez profundamente desgarrada, posee una tristeza intrínseca vinculada históricamente a esas comedias de Billy Wilder, aunque su espíritu en lo contemporáneo sea cómplice y empático con 'Fleabag', la ficción seriada de Phoebe Waller-Bridge. Al contrario de este caso, Richard Gadd, creador, actor, autor total, y hasta personaje dentro y fuera de 'Mi reno de peluche', opta por una ficción episódicamente breve pero densa, constructora de una atmósfera que resulta a veces tan repulsiva como extraña. Lo cierto es que la soledad, el dolor, la necesidad de amar, el amor mal encauzado habitan en este seriado y lúcido retrato, en el que su artífice sangra por dentro y por fuera, y donde colisionan con tacto pero sin tregua el odio, la impotencia, el desprecio a uno mismo, lo tóxico (término que acabará por vaciarse) y la infelicidad. El acoso es solo la apariencia y el armazón porque Gadd/ Donny, su personaje, son una misma entidad que revela a cada paso sus traumas, temores, su desgajada conciencia de sí mismo.
Pesimismo, opresión, autodestrucción, humillación y caos se van solapando en las situaciones, algunas tan hermosas en su decadencia y en su honda pesadumbre, como la del metro. Gadd mezcla sus vivencias, una en especial, con lo mostrado en la serie para contar la vida de un camarero y aspirante a cómico (él) que un día demuestra amabilidad con una mujer y, pasa a ser una acosadora, perseguidora enamorada al límite y, sobre todo, rotundamente peligrosa. Pero no encontrarán ni sombra de thriller ni de representación catártica. La serie ahonda en lo visceral, se vuelve a veces retorcida –su cuarto episodio es brutal y el sexto un monólogo demoledor– y es siempre amarga, con gran potencia narrativa y muchas ganas de dejar a la intemperie hasta los detalles más nimios. Inteligente e implacable, Gadd sufrió durante cuatro años el acoso de una mujer 20 años mayor que él, que le seguía y vigilaba, llegó a mandarle decenas de cartas, 350 horas de mensajes de voz y más de 40.000 correos electrónicos. Pero la serie va muchos más allá del dato. El creador escocés desnuda su pasado, comparte la intimidad más dolorosa e indaga en nuestra fragilidad.
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