Cómo alumbrar resistencia
Groucho ·
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El miedo y la esperanza, la oscuridad y la luz dialogan sin subrayados ni efectismos. Y una actriz descomunal domina el centro de todoLuz y oscuridad. Esperanza y miedo. Cómo alumbrar resistencia. Entre campos minados por la violencia y fogonazos de libertad 'Shayda' es una de esas películas necesarias, más por las sensaciones que por el propio documento vital, por su mirada (como esa que cierra el filme) ... de una mujer que busca ir despojándose del peso y la condena patriarcal, mientras aún más importante busca preservar y sembrar un nuevo camino para su hija.
Año 2023
País Australia
Dirección y Guión Noora Niasari
Reparto Zar Amir-Ebrahimi, Leah Purcell, Mojean Aria, Jillian Nguyen
Género Drama
La joven cineasta Noora Niasari debuta con un filme prácticamente autobiográfico –esa niña iraní refugiada en una casa de acogida australiana mientras su madre resuelve la demanda de divorcio ante un marido maltratador– es ahora la directora que lleva a la pantalla su duro caminar. La productora de la actriz Cate Blanchett ha dado cobijo a esta cinta más sensorial e intimista que documental. Niasari, realizadora de la serie 'The Heights', no se detiene tanto en los factores y elementos de la cultura de su infancia como en universalizar ese retrato del drama de la violencia de género, entre las heridas causadas por lo patriarcal y la reivindicación de una luminosidad y vitalidad encarnada en esa madre que se eleva entre el dolor del pasado y la necesidad de crear un nuevo ecosistema para su hija: el lenguaje como código entre ambas, la música y el baile que asoma en momentos importantes de la trama.
Niasari no incide en el conflicto grande ni en los pequeños. Describe, pasea entre presagios, señales del pasado, colores, temores. En 'Shayda' da la impresión de que no hay riesgo, de que casi todo está encauzado en cierto compartimento estanco. Pero de igual modo resulta loable su sutilidad, la ausencia de excesos y efectismos. El miedo y la esperanza, la melancolía y la luz dialogan sin subrayados. Un álbum familiar, la revisión de los escritos donde se recogen fríamente los testimonios la demanda, los detalles de la tragedia y ese temblor incontrolable que surge de una visión del pasado o de un espejismo fundamentado en el horror del pasado. Para sostener ese constante duelo entre lo obvio y lo que subyace, como el hermoso preludio, la cineasta basa buena parte de de su efectividad y de sus mejores momentos en la presencia de Zar Amir-Ebrahimi, actriz y directora (la reciente 'Tatami') dotada de una mirada hipnótica y capaz de crear sus propias estancias de cine y vida. Por otra parte, otra mujer que fue víctima del integrismo. De su desgarrada pero luminosa interpretación, atravesando un controlado terreno de sensibilidad, el filme va forjando ese viaje más de resiliencia que de sororidad. Un filme que arropa con su espíritu femenino.
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