Amy... Abela
Cinesa, Yelmo y Ocine ·
Todo es enunciado e ilustración. Nunca vemos las entrañas, las heridas, el desgarro. NI la dimensión de las sombras ni el latido del descenso a los infiernosSecciones
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Cinesa, Yelmo y Ocine ·
Todo es enunciado e ilustración. Nunca vemos las entrañas, las heridas, el desgarro. NI la dimensión de las sombras ni el latido del descenso a los infiernos«He olvidado toda la alegría del amor joven», rezaba una de las canciones de una artista de voz prodigiosa, truncada por la turbulencia emocional, el ruido y la furia del mercado. En una fina frontera entre el jazz y el soul, entre una inspiración ... salvaje, la visceralidad y el arrebato, Amy Winehouse se movió del vértigo a lo desconocido pero tentador al cielo de su creación musical.
País Reino Unido
Año 2024
Dirección Sam Taylor-Johnson
Guión Matt Greenhalgh
Reparto Marisa Abela, Ryan O'Doherty, Jack O'Connell, Lesley Manville
Género Biopic
No hubo ni tuvo mucho tiempo. La cifra marcada como un tatuaje es la de los 27 años. Una más que limitación simbólica, epitafio musical donde confluyen la cábala, el destino, quizá el malditismo. La autora de 'Wake Up Alone' falleció a esa edad en su piso de Londres. Antes lo hicieron sin superar esa barrera repetitiva los Janis Joplin, Jim Morrison, Jimi Hendrix... Sam Taylor-Johnson, la directora de 'Cincuenta sombras de Grey', se ha atrevido con un retrato biográfico de la cantante y compositora, que resulta superfluo.
En 'Back to Black', un filme que se desliza por la superficie, revisita lo más conocido y, aún peor, obvio, que remueve los lugares comunes sin alcanzar casi en ningún momento la hondura. Ni el vacío cegador que inundó una existencia corta pero también consumida en su persecución vital, agotadoramente ansiosa y marcada por la insatisfacción de no lograr una independencia y una libertad plenas. La cinta se queda en lo plano, en los pasajes fragmentados y episódicos (la figura paternal, la desazón sentimental, y, por supuesto, el alcohol y la drogas) todo ello salpicado por su permanente e íntima conexión con la música. Pero todo es enunciado e ilustración. Nunca vemos las entrañas, las heridas, el desgarro. La directora de 'Nowhere Boy' no parece tener en cuenta un antecedente clave: el documental 'Amy (La chica detrás del nombre)', de Asif Kapadia, que proporciona un atractivo equilibrio entre lo informativo (inédito también) y lo emotivo, sorteando lo hagiográfico y evitando que fuera una mera compilación de material. No vemos ni la dimensión de las sombras ni el latido del descenso a los infiernos. El germen de su talento, el dolor prematuro, lo deslumbrante, también la frustración, de su cordón umbilical con la música apenas asoma entre retazos planos y blandos. Solo queda aferrarse a la presencia de Marisa Abela, cuya encarnación de Winehouse logra una trabajada, sutil y respetuosa recreación, de gesto y lucidez, que de algún modo compensa el vulgar empeño de una biografía de manual. «Y sigo un camino turbulento. /Mis probabilidades están apiladas... volveré al negro».
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