
Arquitectura existencial
Sala Bonifaz ·
Destaca ese pliegue entre el afecto y el vacío, entre la distancia y la pérdida, el trayecto de una poética en construcciónSecciones
Servicios
Destacamos
Sala Bonifaz ·
Destaca ese pliegue entre el afecto y el vacío, entre la distancia y la pérdida, el trayecto de una poética en construcciónMientras una cartelera más bien narcotizada presenta sus credenciales más atractivas a través de impulsos esporádicos, bueno es el reencuentro o el redescubrimiento de joyas ... que han marcado la construcción de miradas fundamentales. La de Wim Wenders es una de ellas y aunque no lo parezca ha transcurrido medio siglo de una obra clave que anticipa o contiene las señas de identidad de su forma de mirar el mundo. Road movie sí, pero 'Alicia en las ciudades' –incrustada en una trilogía de carretera junto a 'En el curso del tiempo' y 'Falso movimiento'– es una prueba de vida de Wenders: ese pliegue existencial, entre el afecto y el vacío, entre la distancia y la pérdida, el trayecto de una poética en construcción, donde el movimiento se postula como el mantra de un cine que muchos años después sigue latiendo en 'Cielo sobre Berlín' o en 'París, Texas', por no hablar de muchos de sus documentales esenciales, a pesar de etapas de dispersión creativa.
País RFA
Año 1973
Dirección Wim Wenders
Guion Wenders, Veit von Fürstenberg
Reparto Rüdiger Vogler,Yella Rottländer, Lisa Kreuze, Edda Köchl, Didi Petrikat, Ernest Böhm
Género Drama
Del primer plano a los horizontes diluidos en paisajes que se asemejan a lugares inventados, tan hipnóticos como inhóspitos, de la mera contemplación al deseo, pasado y futuro parecen fundirse en Wenders en una estado intermedio, entre la búsqueda y el vértigo. Nómada e itinerante, en Alicia, entre carreteras, miradas urbanas, paisajes desolados, moteles, aflora ese ecosistema interior entre el hombre solitario (un periodista sin destino) y una niña. En realidad el cineasta alemán tomó como inspiración las experiencias del escritor Peter Handke y su novela 'Carta breve para un largo adiós'. El blanco y negro, las querencias, cameos y tributos del cineasta y una mezcla sutil entre el intimismo, la ansiedad por reinventarse y el equilibrio entre el desapego y el afecto constituyen factores que contribuyen a ese clima de seducción y extrañeza también presente en otras zonas de la filmografía del director de ''Pina'. Exenta de sentimentalismo y moralismo, en Alicia afloran los viajes, lo fordiano del hogar al que regresar, la sensación de inadaptación, el exilio, la fuga.
Todo forma parte de la atmósfera del cineasta entre claroscuros. El de Wenders es un viaje varado o una contemplación en trayecto, algo así como esa sensación de estatismo y movimiento que se siente en un tren en marcha. Una arquitectura existencial visual, la de Wenders, ligada a su querencia por la fotografía que retrata el exterior al tiempo que trata de mirar en el interior humano.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El rincón de Euskadi que te hará sentir en los Alpes suizos
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.