El arte frente al terror

La libertad en el encierro. El alumbramiento en la desesperanza. La representación como espacio de espacios, como tour de force hasta habitar en varias capas que acaban por desafiarse a través del virtuosismo, sin perder por ello la emoción primera y primaria.

'El amor ... en su lugar' es un musical entrelazado en el teatro que, a su vez, nunca deja de ser cine. Su demiurgo es Rodrigo Cortés y su tarjeta de presentación es un plano secuencia a modo de preludio que guía al espectador por el gueto de Varsovia con tanta desazón de réquiem como curiosa road movie que abre una grieta en las entrañas del Holocausto. Rodrigo Cortés, cineasta y escritor, más bien un explorador de ilimitadas formas de expresión, es uno de los grandes nombres propios del Santander cultural de este mes de julio. Parará con su último libro en la Feria Felisa, la Filmoteca le dedica un ciclo y está en el umbral de estrenar 'Escape', su nuevo filme con Mario Casas de protagonista y producida por Martin Scorsese. Se equivocaron quienes pensaron que 'Buried', impactante y efectista pero inteligente vuelta de tuerca, era flor de un día. El talento, la ambición, una sutil capacidad para alimentar la destreza estilística en emotividad y los sentimientos en travesías con rumbo fijo están presentes en 'El amor en su lugar'. Una tragedia hermosa de puesta en escena prodigiosa que rapta al espectador y lo conduce por un refinado territorio de arte como liberación, donde el amor es más que nunca lo extraordinario, el asombro de salvaguardar lo cotidiano frente a la desesperación y que busca un lugar en el mundo en el que sublimarse.

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