
Azarosa moral
Cinesa ·
La vida como un cubilete agitado que contiene tanto lo inesperado como un golpe de gracia, los rostros de eso que llamamos destino y la brutalidad de lo obvioSecciones
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Cinesa ·
La vida como un cubilete agitado que contiene tanto lo inesperado como un golpe de gracia, los rostros de eso que llamamos destino y la brutalidad de lo obvioEn su constante parecer lo que no es, reside parte de su atractivo. Por ejemplo, aparentar una obra de género, pura y dura, que en ... realidad va poniendo tierra de por medio. Postularse como una entrega de cine noir y, a su vez, retrato social y familiar, cuando en verdad uno es invitado a sumergirse en territorios espinosos y en arenas movedizas donde la conciencia y el dilema moral subyacen y trascienden a la anécdota. Pero tras una demora no siempre justificada a la hora de plantear los márgenes de la trama, la etiqueta de thriller dramático enunciada de antemano se va diluyendo con inteligente sucesión de giros y solapados acontecimientos.
País Francia
Año 2023
Dirección Yvan Attal
Guion Yaël Langmann, Yvan Attal. Obra: Eric Assous
Reparto Yvan Attal, Maïwenn, Guillaume Canet, Marie-Josée CrozeJosé Lewgoy, King Ampaw
Género Drama
Ni que decir tiene que 'Jugando con fuego', un título manido que sirve más para el despiste y el guiño burdo de taquilla, tiene su verdadera dimensión y rotundidad en su original francés, que alude al azaroso fruto de los dados. Quizá por ello, aunque al filme de Yvan Attal le cueste un sobreesfuerzo hacerse con las riendas para equilibrar guion, puesta en escena y retrato humano, su cinta crece en su sencilla complejidad. Tiene algo de obra de cámara en la que el azar cruza las vidas de dos amigos y sus respectivas parejas en el tiempo. Pensar que es un filme sobre la infidelidad es dejarse seducir por un espejismo. Lo que el cineasta y protagonista, también coguionista, traza es un juego de espejos, metáforas y contrastes.
Salvadores, redentores, traiciones y abrazos solidarios son intercambiables como mercancía de emociones y vínculos sentimentales. De ahí que las criaturas lleguen a parecer tanto patéticas como sublimes, mendicantes como necesitadas de amar, vulgares y extrañamente familiares. Por cada proyecto urbanístico que asoma al fondo de la ambientación del filme, hay un derrumbe y un colapso en las relaciones o en esas vidas que buscan ir más allá de limitarse a pronunciar un te quiero. Yvan Attal, pareja de la actriz Charlotte Gaingsbourg, cineasta de 'El acusado', reincide y subraya de nuevo sus interés por crear y sembrar espacios acotados por desafíos morales y dudas, entre las reglas exteriores, el qué dirán y las volcánicas profundidades de cada forma de ser. Sin florituras ni prótesis innecesarias, gana en las distancias cortas y se beneficia de un metraje muy ajustado. La obra teatral original queda aquí mutada en un juego accidental que convierte la integridad en un azucarillo diluido en puntos de fuga sentimentales. El final es coherente y ejemplar. El dios azar espera mostrarse tas agitar el cubilete.
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