Azul Binoche
Bonifaz. Filmoteca / junio ·
Kieslowski, poeta existencial, abrió su magistral trilogía conun elegante, simbólico, desgarrado drama que discurre entre el dolor, la aceptación y la libertadSecciones
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Bonifaz. Filmoteca / junio ·
Kieslowski, poeta existencial, abrió su magistral trilogía conun elegante, simbólico, desgarrado drama que discurre entre el dolor, la aceptación y la libertadLa solemnidad dramática de Kieslowski siempre rezuma tanto elegancia como caligrafía sensorial. Poema existencial, hondo y melancólico, 'Azul' no solo abrió una de la obras mayores del cine de nuestro tiempo, a modo de trilogía, sino la puerta al descubrimiento de un creador coherente y ... perseguidor de la vida y sus tribulaciones.
País Francia
Año 1993
Dirección Krzysztof Kieślowski.
Guión Krzysztof Piesiewicz y Kieślowski
Reparto Juliette Binoche, Benoît Régent, Florence Pernel, Charlotte Vêry
Género Drama
El cine del polaco es como un aforismo de Cioran. Un retrato de la fragilidad y, en este caso, el tríptico de colores una necesaria inmersión pesimista, también esperanzada, sobre la banalidad de aquello que parecía trascendente. Cadencia, mirada casi hipnótica, diálogo de luz entre emociones, el dolor, la necesidad de la aceptación y la libertad sostienen un filme tan desasosegante como fluido. Es una construcción lenta, necesariamente incisiva, envolvente, cuya delicada tensa fibra de melodrama se cobija tras un hermoso manejo y tacto de las imágenes. Kieslowski ya era Europa mucho ante de que a algunos se les llenara la boca con una concepción cultural insustancial, atrapada por el mercado. El cineasta con su demoledor 'Decálogo' ya hizo historia. Incluso 'La doble vida de Verónica' mostraba su poderosa capacidad para el retrato donde confluyen todas las connotaciones directas, metafóricas y sensoriales. Un lugar en el mundo como lo son las tres historias entrelazadas en lo invisible que convergen visiblemente, tras el Blanco, en el Rojo que cierra sus pliegues.
Libertad, Igualdad y Fraternidad diseccionadas a través de un ejercicio de lucidez que retrata un presente decadente. Pocas veces imagen y música, montaje y banda sonora se aúnan como parte del lenguaje y como personajes. La música de Preisner, una sinfonía que, cuando el silencio y las miradas parecen agotadas, abre un resquicio elocuente en el rastro del dolor. Es también un filme sobre el azar, como en toda la trayectoria de Kieslowski. Y Juliette Binoche, inmensa, como en el resto de la trilogía, Julie Delpy e Irene Jacob, encarnan la herida y la pérdida. Tres rostros, tres figuras, tres colores de la bandera francesa y otros tantos perfiles que treinta años después mantienen su extraña complicidad, su vigencia y una idéntica mezcla de extrañeza y desazón. La mujer viuda debe aprender que el precio a pagar por la ilusión de la libertad es una condena en soledad, el recuerdo doloroso y la aceptación de la pérdida. 'Azul' es una manera de escuchar la luz y de tocar la presencia de la ausencia.--
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