
Brutalmente decidida
Cinesa, Ocine y Yelmo ·
Es un espléndido ejercicio de acción. A veces sobrado de trascendendia, otras falto de equilibrio en el ritmo pero siempre enérgico y apabullanteSecciones
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Cinesa, Ocine y Yelmo ·
Es un espléndido ejercicio de acción. A veces sobrado de trascendendia, otras falto de equilibrio en el ritmo pero siempre enérgico y apabullanteEs una abrumadora road movie sin asfalto. Una sombría huida con motor de odio y rugido de mujer. Es más distópica que apocalíptica. Y entre ... su brutalmente decidida mezcla de redención, búsqueda de paraíso perdido con melocotones y vergeles y atmósfera de un Shakespeare de cazadora de cuero, recortada, bichos y sangre como alimento, mantiene las constantes vitales de la cultura popular. Un entretenimiento con toda su nobleza, sin afectación ni simulacro, y un desatado nomadismo de venganza y celebración de la supervivencia. Pero 'Furiosa', precuela con su engranaje perfectamente engrasado dentro de la saga, más Mad Max que nunca, es sobre todo, un ejercicio majestuoso de cine de acción, implacable en su precisión, apabullante en su colección de imágenes. Miller firma una entrega que es fiel a su ideario visual y, sin embargo, logra ser diferente. Hay una extraña serenidad letal en sus trayectos de desierto y poder, de clanes y mesianismo y aunque a algunos les parecerá superficial, la película contiene ecos, efluvios y señales de un presente, y quizás de un futuro inevitable, en su discurso distópico, bélico y decadente. Ese mensaje difuso que empapa muchas situaciones en las que están implícitas alusiones a lo perenne de las guerras, a la diluida verdad y a los nuevos esclavismos.
País Australia
Año 2024
Dirección George Miller
Guion Nick Lathouri y Miller
Reparto Anya Taylor-Joy, Chris Hemsworth, Tom Burke, Angus Sampson
Género Acción/Ciencia Ficción
Todo ello desde un preludio con voz en off que evocaremos de manera inconsciente a lo largo de los cinco episodios que estructuran la cinta. Lo que otorga una cualidad y calidad notorias a la cinta es ese esteticismo nada engolado de escenarios finalistas, entre lo pictórico y el cartoon refinado, la novela gráfica y una teatralidad con aire de melancolía épica que discurre en una frontera finísima entre la vida y la muerte. Y, en especial, el cineasta de 'Furia en la carretera', con la que pulsa un constante duelo de paralelismos, convergencias y distancias, no se aparta nunca de cierto sentido de la ceremonia, que la desesperada Anya Taylor-Joy conduce al dejar el ajedrez por todo tipo de artefactos rodantes, terminales, en una suerte de desfile dantesco de hambruna, sed y horrores primarios.
Una espectacular mitología que habita en la entraña de esta parábola de nuevos (viejos) caudillos, líderes megalómanos y populistas. Miller regenera su universo sin dejar de mirar de reojo a nuestro frágil mundo y sin dejar de ser él mismo. Deja así una de las mejores secuencias de persecución de la historia reciente y una de las caricaturas más reveladoras de cómo el poder memo, zafio y tontorronamente peligroso puede llevar al abismo. ¿Les suena?
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