Burton x Burton
Cinesa, Ocine y Yelmo ·
La doble imagen es divertida y torrencial, intensa y efervescente, pero a modo de salto mortal con red, a la espera de si de verdad ha vuelto el cineastaSecciones
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Cinesa, Ocine y Yelmo ·
La doble imagen es divertida y torrencial, intensa y efervescente, pero a modo de salto mortal con red, a la espera de si de verdad ha vuelto el cineastaLa buena noticia es que Tim Burton ha vuelto. La mala, al menos desde una reflexión temporal, es que el cineasta de 'Eduardo Manostijeras' ha tenido que recurrir a una especie de autohomenaje. Bitelchús al cuadrado (reflejo y doble) es un ejercicio de onanismo anárquico ... visual que precisamente en su desmesura es donde alcanza los mejores momentos. Uno se olvida de justificaciones y aportaciones y del 'auto remake' porque la imaginación y el libre albedrío del cineasta absolutamente es único a la hora de mezclar el fantástico, la comedia alocada, lo gótico y ese terror de pesadilla masticada, plena de sorpresas, con efectos familiares y una inmersión de lo extraño en lo cotidiano.
Año 2024
País EE UU
Dirección Tim Burton
Guion Alfred Gough, Seth Grahame-Smith, Miles Millar
Reparto Michael Keaton, Winona Ryder, Jenna Ortega, Catherine O'Hara
Género Fantástico
Este doblete 'Bitelchús', casi una doble imagen, es divertido y torrencial, y siguiendo el discurso inicial devuelve al Burton más intenso y efervescente pero a costa de escarbar en su propio material, sin traiciones pero también con este doble salto mortal con red, entre vueltas de tuerca de inspiración burtoniana, claro, pero muy lejos de insinuar nuevos caminos.
Como ritual de coherencia es inconmensurable. Burton, si se lo ha tomado en serio, hurga en ese frankenstein particular de su imaginación y su imaginario para intentar rebuscar y hallar quizás un punto de partida. Repetidos como espejos, agitado en toda su volcánica y enérgica querencia por lo oscuro, habitan en este regreso el expresionismo, el gótico, el cartoon, las pesadillas infantiles, el surrealismo... todo ello envuelto en una guasa juguetona, que tutea a la muerte y a los horrores primarios mientras desfilan freaks y criaturas varias. La materia prima está ahí, su mundo pervive como icono reconocible de la cultura de nuestro tiempo. Ahora hay que saber si esta secuela con espejos rotos, fragmentada pero honesta, abre la puerta a una prolongación madura del cineasta de 'Batman'. El fracaso de 'Dumbo', menos naufragio narrativo del que algunos quisieron ver, una confesada crisis personal y un cierto estancamiento de su universo intransferible han dejado al cineasta en los márgenes. Burton transmite disfrute onírico en un desfile familiar de personajes, caso del que encarna su actual pareja, Monica Belluci, quién sabe si también la musa que fue Helena Bonham Carter. El guiño Winona Ryder y la excelente Catherine O'Hara contribuyen a reconstruir un Burton, que parece dejar atrás la frustración de su Alicia y se sumerge en una mezcla desatada de travesura y elogio de la nostalgia controlada.
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