Un cielo sobre algo infernal
Cinesa. Yelmo. Ocine ·
De una secuela que no es tal, de una charca de tristeza, Phillips se apunta un musical diferente, desaforado, arrebatadoramente románticoSecciones
Servicios
Destacamos
Cinesa. Yelmo. Ocine ·
De una secuela que no es tal, de una charca de tristeza, Phillips se apunta un musical diferente, desaforado, arrebatadoramente románticoNo sería descabellado pensar que después de los palos recibidos por su 'Maestro', biopic irregular pero nada desdeñable de la figura de Leonard Bernstein, Todd Phillips decidiera zarandear su secuela de 'Joker'. Es decir, violentar cualquier atisbo de previsible continuación, incluso rechazar la tentación de ... mantenerse en la zona de confort y dejar que el regreso de Joker fuera una cómoda prótesis para evitar romper los huevos de oro de la taquilla. Y, fuera o no ese el origen de la decisión, lo cierto es que este Joker, que canta y baila con levedad sobre la 'folie à deux', locura de dos –también el nombre del trastorno psicótico compartido– es un hermoso incendio, tan epatante como preso de un delirio lúdico y elegante.
Año 2024
País EE UU.
Dirección Todd Phillips
Guion Scott Silver y Phillips
Reparto Joaquin Phoenix, Lady Gaga, Brendan Gleeson, Zazie Beetz
Género Drama musical
Phillips, cineasta de 'Juego de armas', con mucha intención o sin ella, ha firmado una película casi libertaria, construida desde la indisciplina y el rechazo a lo que puede considerarse un código. El suyo es un esqueje edificado desde una charca de tristeza, con cinismo sobre las máscaras de nuestro tiempo y los iconos, además de volver sobre la espectacularización de la violencia.
Consciente o no, se marca un musical libre, diferente, desaforado en muchos casos, que pisa suave sobre los títulos madre del género, que baila claqué y canta en números intimistas, pero sobre todo arrebatadoramente romántico. Siempre es inocente decirlo pero me atrevería a pensar que algunos la reclamarán como un clásico y que muchos querrán bailar con Phoenix y Lady Gaga sobre el tiempo. Este Joker es un paso a dos libérrimo, encendido, con momentos sublimes como el de Joaquin Phoenix versionando 'Ne me quitte pas', cantado al teléfono desde una cárcel. Phillips ha rodado un filme que extrañamente cruza la cuerda floja, sin caerse, entre lo chalado y lo elevado. Entre una prisión y un tribunal, con apenas exteriores, la obra se adentra en lo oscuro pero roto todo por la risa del Joker, por una honda tristeza y por un bendito musical de cámara. Hay pasajes emocionantes como el de intento de fuga, sobrecogedores como algunas de las intervenciones en el juicio. Pero este 'Joker' es tan azaroso, anárquico, rupturista e imprevisible como la vida. Una fantasía musical, sí, pero sobre todo un retrato de la rotundidad romántica. Abruma y tiene algo de revolucionaria en su apuesta visual desde su preludio, un corto a modo de cartoon sobre Joker y su sombra. El cineasta pinta la cara de su propia creación y se entrega a un deslumbrante lugar donde el amor muestra sus garras frente a la mentira del mundo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.