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Groucho ·
Desprende más sustancia en el detalle, en la calidad visual del cineasta debutante, que en el espíritu del filme lastrado por una caricatura de tanto burdaAl igual que sucedía en 'Cerdita', un cortometraje preludió el proyecto de esta ópera prima que discurre con expectativas pero que muchas de ellas no ... acaban de concretarse. Las vueltas de tuerca desmienten la sutileza con la que va edificando su atractiva construcción visual. Del mismo modo ese deslumbrante retrato de clase, cegado por la luz de Costa Brava y la supuesta quietud de una mansión en la burbuja de unas vacaciones, enmarca un vaivén entre la mirada juguetona y perversa y la sátira abierta. Lo superficial y la hondura no encuentran en 'Calladita' una fácil convivencia en el primer largometraje del catalán Miguel Faus, muy capaz, sin embargo, en la destreza visual pero disperso a la hora de concentrar las intenciones dramáticas, subliminales o no, que envuelven a lo que se apunta como una agitada manera de ejercer la crítica social. Fábula, que no lo es tanto, sencillez que trata de simular la complejidad, y viceversa, el juego entre la empleada doméstica y los ricos, muy ricos, también pijos, muy pijos, se queda a medias.
País España
Año 2023
Dirección y guion Miguel Faus
Reparto Paula Grimaldo, Ariadna Gil, Pol Hermoso, Luis Bermejo
Género Drama
A Faus parece faltarle vibración para dotar a su obra de un engranaje perverso como en 'Parásitos' o de atrevimiento para zarandear a sus criaturas, la mayoría de ellas personajes que ya alimentaban su cortometraje. El vínculo que sustenta la trama entre el escaparate aséptico y la mirada reveladora de la colombiana contratada sin derechos, a la espera de tiempos mejores, posee y desprende más sustancia en el detalle, en la calidad visual del cineasta debutante que en el verdadero espíritu del argumento lastrado por una caricatura un tanto burda y por perfiles demasiado encajados en el estereotipo.
Del filme se ha hablado más por ser la primera película europea financiada con NFTs – la venta de sus propios fotogramas– y por estar apadrinada por el cineasta Steven Soderbergh tras quedarse seducido al paso de la cinta por Sundance el año pasado donde fue premiada. Lo que sí puede considerarse un certificado de solidez y de presencia cautivadora es la implicación de la actriz colombiana Paula Grimaldo. La toma de conciencia y la transformación del personaje, clave de este cuento satírico pero espumoso y diluido, gana entereza gracias a la actriz. Hay sugerencia, distorsión en el ritmo y en la senda al invitar al espectador a tirar del hilo. Falta fascinación, esa cáustica, mordaz y punzante exploración en desnudar a la estupidez humana tras el brillo de la prepotencia del paternalismo capitalista.
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