Colirio de terror fantástico

Valoración

Datos

• Año 1977

• País Italia

• Dirección Dario Argento

• Guion Daria Nicolodi, y Argento

• Reparto Jessica Harper, Stefania Casini, Flavio Bucci, Udo Kier

• Género Terror

Hace pocos años el cineasta italiano Luca Guadagnino, director de la excelente 'Call Me by Your Name', se atrevió con un remake que solo podía acabar enfrentando públicos y tiempos. Argento, en plena madurez del 'giallo', aunque aún habría tiempo para firmar una obra maestra como 'Inferno', y Daria Nicolodi escribieron la película a partir del ensayo 'Suspiria de Profundis' de Thomas De Quincey. Además nacía la trilogía inacabada conocida como Las Tres Madres. Una empresa curiosa pues en el tiempo abarca más de 25 años debido a los problemas económicos que frustraron la continuidad de los proyectos. Tres historias correspondientes a otras tantas brujas que dominaron el mundo. Como marca de la casa en 'Suspiria' todo es demoledoramente excesivo, con una mezcla extraña de lo onírico, de decorados barrocamente visuales, con una sucesión de energía óptica, que desprende una carga imaginativa y una fuerza escenográfica, casi coreográfica, en torno a lo sobrenatural.

El desasosiego es la textura que prima tras esas cuchillas de una puesta en escena que , al margen de las influencias y clara dependencia de Hitchcock, exuda rareza, una experimentación pop o una psicodelia juguetona. Jessica Harper, actriz de 'El fantasma del paraíso' de Brian de Palma, es la médium que conduce el espectador entre decorados que parecen un pasadizo donde las fronteras se diluyen entre lo epatante, lo estrambótico y lo espeluznante. El cineasta de 'Phenomena' retuerce su estilo hasta que cámara subjetiva, gore y fantástico impregnan todo posible elogio del suspense. Alaridos y sintetizadores, cuchillos y obsesiones, abismos y pesadilla interminable. En la ficción, un estudio de danza convertido en un internado de agujeros negros, en un festival de cruel nihilismo. Todo es fruto de una miscelánea de atrevimiento e hipérbole. Lo malsano y sobrenatural, que el cineasta de 'Rojo oscuro' convierte en mirada perversa. Como un colirio de lo fantástico-terrorífico las pupilas se dilatan en la extrañeza.