Es verdad que 'Momias' remite, evoca y juega con el guiño y la complicidad de Tadeo Jones. No ya por el eje de la ficción, ... la ambientación y el sentido de la aventura, sino porque en su factura, especialmente en el guión han participado Jordi Gasull y Javier Barreira, dos guionistas artífices del personaje que marcó un antes y después en la animación española. No es crucial ni mucho menos condicionante. 'Momias' participa del mismo espíritu y nunca se da importancia. Un divertimento con clara asunción de eso que se llama entretenimiento y que está tan devaluado.
El mantra argumental mezcla tópicos y algún deslumbramiento pero es quizá el mejor camino para procurar despertar el interés adulto sin descuidar la prioritaria atención del público infantil. Es un debut, el de Juan Jesús García Galocha, pero lo cierto es que su experiencia como director de arte, también en Tadeo Jones, garantiza un cuidado formal y una sensibilidad especial por los detalles. El resto es rigor y disciplina a la hora de someter las aventuras a un ritmo trepidante, a no caer en pausas innecesarias, con esa autoconsciencia de quien tiene claro que el producto va destinado a auténticos devoradores de imágenes. Los contrastes y anacronismos, las confusiones y pequeños enredos, el juego de búsqueda, persecución y fuga, el equilibrio entre colores y formas y un tratamiento atractivo y diverso de los personajes son los factores que hacen especial a 'Momias'.
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Paí
España
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Año
2023
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Director
Juan Jesús García Galocha
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Guion
Jordi Gasull, Javier Barreira
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Género
Animación, aventuras
Cabe el entusiasmo, el placer mismo y esencial de la animación, esa mezcla de juerga festiva, efervescencia y burbujeo sin que nadie eche de menos mensajes grandilocuentes y estiradas apariencias de hondura. El montaje, el sólido guion y la puesta en escena y dirección artística con sello de Garlocha hacen el resto. Entre lo arqueológico y Egipto y el Londres de los Harrods comerciales discurre una historia incesante, con mucho ingenio y sentido del humor.
La mascota de turno, toda la sucesión de escenarios y símbolos faraónicos y un diálogo bien exprimido entre el pasado y el presente, lo antiguo y lo moderno provocan la hilaridad o la simpatía con las criaturas, clave en una animación que busca el tesoro de la inmediatez. Quizás en ciertos casos hay un caos atolondrado, pero lo dinámico y el diseño de personajes mantiene su tono lúdico y su pulso entre la ficción más elemental y las ganas de contar una historia. Tiene el suficiente gancho para no defraudar y los golpes de gracia oportunos.
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