Duelo de fe actoral
'Los dos papas' | Dirección: Fernando Meirelles; Género: drama-comedia; Plataforma: Netflix
Guillermo Balbona
Santander
Jueves, 26 de diciembre 2019, 10:21
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Guillermo Balbona
Santander
Jueves, 26 de diciembre 2019, 10:21
Dos papas empapándose de vaticanicismo, diseccionado la religión y debatiendo sobre lo divino y humano. Fernando Meirelles logra que el diálogo, los silencios y la ... verborrea de ambos sea un pozo de entretenimiento. Este encuentro/ desencuentro entre Benedicto y Francisco, material explosivo de liderazgo de la Iglesia Católica, es en el fondo un duelo de fe actoral. Ese ejercicio fascinante de interpretaciones enfrentadas, la conjura de dos monstruos intercambiando sus métodos, hallazgos y experiencias para hacerse con la dimensión más humanista de la pantalla.
'Los dos papas' es en el fondo un western con su Monument Valley, la suntuosidad de las dependencias del Vaticano; sus armas, las palabras y las opuestas concepciones del sacramento y la liturgia; y sus particulares sheriffs, cuatreros y vaqueros de la fe que muchas veces mueve cosas más terrenales que las montañas. Y siempre ese duelo contenido pero directo e interminable entre Jonathan Pryce y Anthony Hopkins. El primero siempre en su sitio. El segundo descomunal. Un duelo al sol romano que alcanza momentos fascinantes en ese paseo con paradas por los jardines de la residencia de verano entre reproches, actos de fe, visiones evangélicas, achaques físicos y ese hábitat compartido entre el cielo protector y la tierra desatendida. Ambos, en fin, sutiles y rebosantes de finezza.
El filme se abre con un chispazo de humor telefónico y mediático y concluye en la gravedad cien o cero de la trascendencia o del escepticismo. Visualmente potente, tan atento a los detalles como a la púrpura, a la calle como a la pompa, atrapa por la intensidad de un montaje paralelo febril, desnudo y diáfano. Como esa primera media hora de prosa y poesía, de divinidad y actos cotidianos, de retrato de poder y mandato, de silencio de Dios y de voces demasiado cercanas. Ratzinger sostiene que «la vida era mucho más fácil cuando todos hablaban latín», y Bergoglio piensa que «se han dado muchos pasos, pero todavía estamos lejos de un mundo en el que todos puedan vivir con dignidad». Francisco silba la melodía de 'Dancing Queen', de Abba, mientras Benedicto XVI prefiere cenar solo.
El cineasta de 'El jardinero fiel' incide en los contrastes, se regodea en el tormento y el éxtasis, en las pequeñas cosas y en las sentencias graves, con sus razones de peso y sus leves levitaciones. Anthony McCarten, guionista (Bohemian Rapsody) al igual que el cineasta de 'Ciudad de Dios' buscan más la eficacia dramática, los disparos/verbos de ambos pontífices, que el riesgo dramático y visual, solapado por lo funcional (frente a la osadía de Sorrentino en 'The Young Pope'). De Castel Gandolfo a la Capilla Sixtina, de Dios al hombre, el único trayecto es el de la palabra. La que determina la indulgencia, la que mide lo mordaz. Meirelles no oculta su querencia. Sobran fashbacks pero todo exuda unas enormes ganas de contar. La ortodoxia o el reformismo. Pero también el fútbol y Abba. Y entre el cielo y la tierra dos actores con talento y táctica haciendo lo más humano que saben hacer para que nadie quede en fuera de juego.
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