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Dylan sigue en el viento
Crítica 'A complete Unknown'

Dylan sigue en el viento

Chalamet, 'Like a Rolling Stone', suma una nueva muesca en su ascenso a los cielos, pero Mangold se muestra conformista, blanco y poco atrevido

Guillermo Balbona

Santander

Domingo, 2 de marzo 2025, 11:43

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  • Película A complete Unknown

  • Año 2024

  • Duración 141 minutos

  • País EEUU

  • Dirección y guion James Mangold

  • Libro

  • Elijah Wald

  • Música

  • Bob Dylan

  • Fotografía Phedon Papamichae

  • Reparto Timothée Chalamet, Edward Norton, Elle Fanning, Monica Barbaro

  • Género Biográfico

  • Salas Cinesa, Ocine, Yelmo y Embajadores.

Por mucho que se empeñe su director esta es una película de intérprete. Cuando la superficialidad es máxima basta mirar a los ojos del protagonista ... para hallar algún atisbo de hondura. Cuando la factura de álbum biográfico prima, la interpretación anticipa formas, presagia otros tiempos. Timothée Chalamet se mimetiza en Dylan. La película se copia a sí misma en el metraje y la autoría (poca) queda camuflada en el mainstream. Puede decirse que Chalamet, con todos sus tics pero también con su estudiada encarnación del bardo de Minnesota, es completamente Dylan, mientras que la esencia del Nobel seguirá siendo desconocida. El filme, tan correcto como superfluo, es el retrato funcional (a veces funcionario) de una personalidad insatisfecha, perfeccionista, mientras parece fluir, también fugarse, la poética del inadaptado, el misterio inherente al autor de 'Red River Shore'. En manos del cineasta James Mangold el enigma persiste. En manos del joven actor se abre un caudal de matices que desnuda el recurso tan estrujado de la nostalgia. Mangold, sin tener una carrera muy prolífica , ha sabido ser un eficiente camaleón. Su nada desdeñable 'En la cuerda floja', con Johnny Cash en el punto de mira, le ha servido de elocuente antecedente. Pero firma una película que discurre sin dejar marcas, un tanto inane, más preocupada por despojarse de la etiqueta de biopic (parcial), y aséptica, sin riesgos. Y eso cuando se habla de un poeta resulta sospechoso. La mejor baza que sabe jugar el director –y ahí de nuevo se queda a medias– es la de construir un musical encubierto, garantía de solidez allí donde el guion se muestra endeble y la dirección muy blandita. La mirada atrás, la del Scorsese de 'No Direction Home' y la de Cate Blanchett, inundada de Dylan en 'I'm not there', de Haynes, dejan aún más en evidencia a la conformista apuesta de Mangold. Las decisiones del cantante de 'It Ain't Me, Babe' se visualizan con una mezcla de pudor, de amago y solo, en los mejores momentos, de transparencia de su inconformismo. En esos tramos en los que Dylan cambia más que los tiempos, del folk a la guitarra eléctrica, del nomadismo tras sus ídolos a las gafas de sol, narrados desde la sencillez, brilla el filme. También, pese a mostrarse cauto, destacan los encuentros de Dylan con nombres imprescindibles: Norton inmenso como Pete Seeger y Monica Barbaro como Joan Baez. Pero Mangold nunca logra ni mover ni conmover. Lo suyo es una brisa convencional. La respuesta sigue en el viento.

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