«En España, desde que se fue Buñuel, los maestros son Saura, Erice y Camus»

-¿Cómo surgió 'Tormento'?

-Había estrenado con gran éxito 'No es bueno que el hombre esté solo' y me llamó el productor José Frade, ofreciéndome rodar 'Tormento'. Yo llevaba un par de años intentando rodar 'La Regenta', de Leopoldo Alas 'Clarín', y el rodaje se iba retrasando ya que la censura no permitía aún historias de amor con un sacerdote viviéndolas. La censura por fin lo permitió, pero la protagonista, Emma Penella, esposa del productor, se embarazó y de nuevo hubo otro retraso. Además, tuve un encontronazo bastante serio con Emiliano Piedra, el productor. Fue entonces cuando, al ofrecerme Frade la novela de Galdós, acepté sin la menor duda. Otra novela clásica con sexo y religión de fondo que pasaba la censura sobre ese tema. Era la mejor forma de quitarme la espina de 'La Regenta'.

-¿Cómo fue el rodaje?

-La censura prohibió que se tratara de una historia casi exclusivamente sexual, como la escribió Galdós y exigió que fuera sobre todo una historia de amor. Yo, incluso lo prefería así, creo que la película tenía más fuerza de esa forma, un 'amour fou' lleno de problemas. Como me dijo Rafael Azcona cuando en 'Pim, Pam, Pum... ¡fuego!' nos obligaron a que Fernando Fernán Gómez no fuera un ministro de Franco sino un estraperlista, a veces los censores acertaban y habría que ponerles en los títulos. Dicho, claro, con su genial sentido del humor.

-¿Qué es lo que más le gusta de Benito Pérez Galdós?

-Siempre me gustó e incluso Concha Velasco quiso que rodáramos 'La de Bringas', continuación de su personaje en 'Tormento'. También, unos años después, Frade se propuso rodar una serie sobre los 'Episodios Nacionales' y me ofreció varios capítulos. Pero no se acabó rodando, desgraciadamente. Incluso Emiliano Piedra, cuando me llevaba bien con él mientras esperábamos el permiso para rodar 'La Regenta', me habló de rodar 'Misericordia', con Giulietta Massina de protagonista. Creo que Galdós es uno de los novelistas más cinematográficos y cuyas novelas han inspirado a tantos realizadores, desde Buñuel a Garci, pasando por la excelente adaptación televisiva de 'Fortunata y Jacinta', de Mario Camus.

-Le gustaba el cine pero estudió Económicas, ¿qué pasó? ¿Cómo llegó al mundo del cine?

-Gracias a una borrachera casera. Cuando llegaron mis padres a casa y me vieron en ese estado, les rogué que me dejaran presentarme al ingreso en la E. O. C. (Escuela Oficial de Cine). Si aprobaba, cosa muy difícil, podían pasar mi matrícula de Económicas a Madrid y simultanearía las dos cosas. Pero aprobé y apenas pisé la Facultad de Económicas. En cambio aprobé seguidos los tres cursos y, ya en segundo, el productor Paco Molero me ofreció un contrato para un largometraje. Y así comencé en la profesión.

-¿Qué le pide a una buena película cuando va al cine?

-Que me haga pensar al mismo tiempo que disfrutar de ese mundo apasionante que hay dentro de una película.

-¿Tiene algún nuevo proyecto entre manos?

-Sí, varios. Primero, acabar un documental en Bilbao sobre el ballet vasco. Es la historia de una familia, los Olaeta, a lo largo del pasado siglo. Tengo también la esperanza de que salga una serie el 10 capítulos basada en una novela de Almudena Grandes y estoy con un guión para un largo. Además, está a punto de terminarse un largometraje documental sobre mi carrera, que espero se estrene en octubre durante la Seminci vallisoletana con motivo de los 50 años de 'El bosque del lobo'.

-¿Cómo ve el panorama del cine actual en España? ¿Cómo hacemos para que la gente vuelva al cine?

-El cine español tiene un gran prestigio en los festivales internacionales. En casa, tiene problemas como casi todo. El cine comercial que se hace es difícil que me interese. Echo de menos producciones de más envergadura. Además, el cine se ve cada vez más en los televisores de casa. Se rueda -graba- más que nunca, pero son series televisivas o comedias juveniles en gran parte. Y a mí no me apetece rodar algo en lo que no creo. He dicho que no a varias proposiciones.

-¿Quién es su director o directores de referencia?

-Tengo unos cuantos directores de referencia, clásicos por supuesto. Hace mucho que está todo inventado, desde Griffith por lo menos. Me enseñaron cómo narrar desde Hitchcock, Wilder y Ford hasta Fellini, Lean o Berlanga. En España, desde que se fue Buñuel, los maestros son Saura, Erice y Camus. Y sigo aprendiendo...

-¿Y si tiene que elegir una película, cuál sería?

-Depende si es para acudir a verla o para dirigirla. En el primer caso tengo un gran abanico de géneros y autores que me llevan al cine. En el segundo, necesito creerme la historia y poder elegir el equipo. Hasta ahora, con mis lógicos errores, siempre he podido elegir lo que rodar. Si no, me lo producía.

-Si un joven quiere ser director de cine, ¿qué le diría desde su experiencia?

-Que tenga paciencia. Ahora muchos se creen directores, ya que pueden grabar sus historias con el teléfono móvil. Y eso indica que cualquiera puede serlo. Y no es tan sencillo. Recomiendo que rueden como sea, incluso con su móvil, pero que sepan que hay muchos en su mismo caso, cada vez más. Y que, sobre todo, vean y estudien a los grandes narradores clásicos, aunque luego se olviden de ellos al rodar. Hay quien se cree que el cine lo inventó Tarantino, y así no creo que vayan a ningún sitio. Un buen pintor estudia Bellas Artes y un buen músico en un Conservatorio. Y luego se saltan lo que crean que deben saltarse, pero han estudiado a los maestros y eso queda bien grabado para echar mano de ello cuando surja cualquier duda.