
Espejo en femenino plural
Los Ángeles ·
Un fluido coral on encanto que tan pronto parece perderse como se reencuenta entre paisajes de ligereza y rtransparenciaSecciones
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Los Ángeles ·
Un fluido coral on encanto que tan pronto parece perderse como se reencuenta entre paisajes de ligereza y rtransparenciaEs coral pero intimista. Lúdica pero sin evitar lo trascendente. Conversacional, aunque muchas pausas sean casi más importantes que las palabras. Posee quizá un deje ... de afectación pero su luminosidad es innegable. Son muchas Ofelias hablando de la vida y de muchas más cosas. A veces podría ser un esqueje de comedia italiana, otras un fragmento bergmaniano. Es también un filme refugio, un aislamiento constructivo en femenino plural donde teatro y cine, ficción y realidad, apariencia y representación se intercambian voces fundacionales, luces y sombras, golpes y afectos. Las actrices constituyen el engranaje, la savia y el tiempo, casi de escenario único, solapado y entrelazado. Es fácil de etiquetar. Sin ser original tiene algo de laboratorio, de irónico ensayo, de documento pero también de metacuento sobre contar la vida y el mundo y ser contado. También es una de esas estampas sobre la fugacidad, los entresijos y los pliegues de instantes cotidianos.
País España
Año 2023
Dirección y guion Itsaso Arana
Reparto Bárbara Lennie, Irene Escolar, Itsaso Arana, Itziar Manero, Helena Ezquerro
Género Drama
Itsaso Arana, en su ópera prima, dirige, actúa, claro, y es la autora del guion, lo que se presentía en su trayectoria. 'Las chicas están muy bien' se desliza por un retiro en una casa de campo para ensayar una obra teatral, y si hay algo ad hoc al título es que las actrices componen un particular joie de vivre, hasta con sorpresas como Itziar Manero, en ese juego de decorado y realidad, en el que identidades, roles, rodaje y cuarta pared logran un canto sensorial. El desafío es importante y Arana a veces se dispersa en la acumulación, en el bucle de cuestiones, interrogantes e inquietudes que asoman como una corriente alterna. Secuencias solitarias, intercambiables, reiteraciones, variaciones de un mismo y diferente microcosmos en el que confluyen ellas y, por tanto, es fruto de un ecosistema de confidencias y risas y lágrimas en una sinfonía de amigas. Hay escritura y cartas, palabras y voces en un retrato que se sirve también de la amistad que varias de las intérpretes tienen desde hace tiempo y desde hace varios proyectos compartidos.
El reto y la propia llamada al espectador radica en la autenticidad, en discernir cuándo hay improvisación y diálogo preparado. La estructura que Arana imprime a un filme que tan pronto parece desear la textura de las cintas de Renoir como simula un homenaje al mejor Rohmer. Combina experiencia y reflexión sobre lo que supone crear (inventar , narrar, actuar). Un fluido con encanto que tan pronto parece perderse como se encuentra entre paisajes de ligereza y transparencia. Un juego de espejos que lo mismo se rompe en mil pedazos que nos refleja intactos.
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