Etiquetar el riesgo

Del hallazgo al envase etiquetado. Del riesgo a la carrera por la taquilla. Javier Fesser tenía un difícil reto: dejar intacto el fenómeno que supuso 'Campeones', o retomar a sus personas y personajes para aventurarse en un terreno conocido, pero sin asideros y sin perder la identidad. El cineasta de 'La gran aventura de Mortadelo y Filemón' opta por la segunda pero con espíritu acomodaticio, apelando a una ecuación, volar y vivir, que canta en la película Nacho Follana, Cheti, donde optimismo, deportividad, solidaridad e inclusión acaban confundiéndose con buenismo, mensajes machaconamente didácticos y cierta reiteración que parece traicionar la naturalidad ingeniosa de su entrega fundacional.

Todo parte de una buena idea, la de la confusión y el enredo como materia prima de grandes comedias, la de la figura del gafe y la de mantener un equívoco entre la vida y la muerte. Aquel equipo de baloncesto con personas de discapacidad intelectual se traslada ahora al atletismo (cabe esperar que no sobrevuele la idea de franquicia cambiando las disciplinas deportivas).

El problema es que el filme cae en la morosidad, el exceso, la prolongación reiterativa, mientras buena parte del pulso narrativo queda secuestrado por un guion que busca constantemente el chiste verbal y curiosamente el cineasta de 'El milagro de P. Tinto' descuida lo físico. Pero maldita gracia. Los hay de todos los colores, ingeniosos, facilones, simpáticos y patéticos.

Que la cinta vuelve a destacar determinados valores, moralmente loables, sin sentimentalismos –y Fesser eso lo borda–, no es óbice para criticar un filme fallido en lo cinematográfico, narrativamente irregular, lento y exento de aliento como comedia. 'Campeones' quedará siempre ahí como un acicate social a la hora de tomar conciencia de la percepción y la relación con las personas con discapacidad. Pero 'Campeonex' es ya pura fórmula, un molde honesto pero ya visto donde la comedia blanca y el chiste negro, lo incómodo y emotivo están muchas veces encajados con fórceps. Pero si el enredo va cogiendo ritmo, el filme se quiebra en un largo, larguísimo tramo final impostado, publicitario y plomizo.

La ausencia de Javier Gutiérrez, que se nota y mucho, es compensada con los esfuerzos de Elisa Hipólito y Jelen García. Fesser controla pero la mezcla de lo mordaz y corrosivo con la comicidad y la ternura de su anterior filme, pese a la frescura que aporta aquí Brianeitor, se ha convertido en una historia sin sorpresa rendida al final a una especie de 'Tron' en torno a los eSports, tan poco sutil como aburrido, en busca de un espectador joven.