
Fallida road movie redentora
Groucho ·
La nobleza de las intenciones contrasta con el árido poso reflexivo, en un trayecto plano y desmayado que no funciona ni en tono ni en formaSecciones
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Groucho ·
La nobleza de las intenciones contrasta con el árido poso reflexivo, en un trayecto plano y desmayado que no funciona ni en tono ni en formaSin duda el curioso emparejamiento en la ficción de los intérpretes protagonistas y la idea de edificar una road movie emocional propiciaba sugerentes descubrimientos. Pero ... ni el ritmo ni la forma, uno ajeno a la pulsión interna y externa, y la otra absolutamente convencional, logran cualquier progresión en la dirección de la lucidez intergeneracional y el retrato de tiempos que plantea 'Treasure'. Tampoco puede decirse que ese tono de comedia dramática o de drama salpicado por gestos y contrastes tamizados por el humor (como revela la película desde ese arranque en el aeropuerto o en algunos cansinos pasajes en el taxi). La confrontación/reconciliación paternofilial encarnada por la que fuera referente del indie americano Lena Dunham y un imponente Stepehn Fry en un registro que parece tan errático como la propia evolución del metraje de la cinta dirigida por la alemana Julia von Heinz.
País Alemania
Lo diluido del guion, la disolución dramática de ese viaje por Polonia en busca de una infancia recuperada, el perfil en el tiempo de una existencia traumática en la condición de judíos polacos, la supervivencia del holocausto nunca encuentran su sitio. Tampoco su atmósfera sabe desprenderse de una sensación de incomodidad, debido a la falta de consistencia, a las reiteraciones y a cierta fatiga en la crónica. Ni tono ni emoción, el viaje siempre más exterior que interior, resulta un fiasco. Al fondo, principio y meta del trayecto de redención y de dolor, está Auschwitz, pero todas las connotaciones necesarias de dignidad, de evocación histórica o de gesto humanista llegan tarde desde el punto de vista emocional.
Hasta ese momento ha vencido la grisura y monótona reformulación de una historia que nunca sabe superar lo predecible, incluso cargada de cierta pose afectada que exuda todo el metraje, entre la superficialidad y la coartada. La cineasta de 'Y mañana el mundo entero' extrae lo mejor de 'Treasure' en ese deambular por escenarios desolados y tristes, donde el personaje de Fry se enfrenta a sus fantasmas. Pero son fragmentos, a modo de espejismos, ajenos casi al propósito argumental. La nobleza de las intenciones contrasta con el árido poso reflexivo y el confuso duelo de padre e hija, plano y desmayado, pese a todo el legado de dolor que arrastra. Una lectura serena de Hannah Arendt, antes de la escritura del guion, quizá hubiese proporcionado algo de sutil agudeza.
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