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«Desde que yo recuerdo, la línea entre la fantasía y la realidad ha estado siempre irremediablemente borrosa». Así arranca la autobiografía que Roman Polanski publicó en 1985. Después hubo una reedición en la que añadió algunas reflexiones sobre las acusaciones de abuso ... sexual en Estados Unidos y que le han salpicado hasta el presente.
El retrato del lado más oscuro de la condición humana, la desazón, la soledad, la violencia y el sexo, la tensión como atmósfera y eje dominante en su lenguaje visual, la obsesión, la desorientación, el desasosiego, la incomodidad son connotaciones y perspectivas adheridas a su cine. Desde su primer cortometraje, 'Interrumpiendo la fiesta' (1957) hasta hoy la coherencia, la controversia, el éxito de crítica y público de muchos de sus filmes han marcado una trayectoria prolífica, nunca contradictoria y sí plural. Ahora la Filmoteca Universitaria, integrada en el Aula de Cine de la UC (ambas dirigidas por Guillermo Martínez), cierra su curso 2018-1019 con un ciclo que se abre mañana, en Náutica (Calle Gamazo), a las 20 horas, y se prolonga hasta el 23 de mayo.
Son cinco títulos que revisan el Polanski iniciático, el primerizo, en muchos casos el más interesante, ligado al inicio a su Polonia natal, y que contiene la mayor parte de su discurso fílmico. Un ciclo monográfico, a modo de homenaje, que aborda las raíces del director, productor, guionista y actor. Un cineasta que encuentra su estilo en la ambigüedad, en palabras del profesor Jordi Coló, «mediante el uso de lo que Polanski denomina 'principio de incertidumbre', que consiste en atentar contra la lógica del relato tradicional, presentando elementos que no son los esperados en los diversos géneros que aborda».
Desde el año 61, en el que rodó su primer largometraje, 'El cuchillo en el agua', hasta 'Repulsión', que le acabó de lanzar a la fama, y 'Cul de sac' (Callejón sin salida), un año después, Polanski crece como uno de los más grandes de su generación. Junto a las citadas, el ciclo de la UC incluye también 'El baile de los vampiros' y 'La semilla del diablo'. Mañana jueves, en el salón de actos de Náutica, antes de la primera proyección, el poeta y escritor Juan Antonio González Fuentes introducirá este ciclo de primavera con una incursión en la vida y creación del director de 'El pianista'.
Confusión, tensión, asfixia, inquietud, incomodidad, lo ambiguo y lo siniestro están muy presentes en sus películas.
El episodio de sus relaciones sexuales con Samantha Gaimer en 1977, que entonces tenía 13 años y por el que se reclamaba su envío a EE UU, marca la vida del realizador que debutara con 'El cuchillo en el agua' (1962), excelente drama psicológico. Comedia negra, inmersiones paródicas, factores surrealistas, adaptaciones literarias y un campo minado impregnado de elementos autobiográficos recorre su creación, que también salta por producciones por diferentes países. En el Reino Unido, por ejemplo, y con su guionista de cabecera Gérard Brach, dirigió el thriller psicológico 'Repulsión' y 'Cul De Sac' (1966), en la que mezcla diversos géneros con ironía y lucidez. Todo ello en los sesenta, al final de una década en la que rodaría 'El Baile de los vampiros', divertida sátira y parodia pero también homenaje al cine del sello Hammer. La historia refiere que el filme estaba coprotagonizado por Sharon Tate, su gran amor, actriz estadounidense con la que se casó en 1968, justo antes del estreno de 'La semilla del diablo', con Mia Farrow, sobre una novela de Ira Levin
Cuando la familia Polanski se traslada a California , Sharon Tate, que estaba embarazada, fue asesinada por Charles Manson. Polanski regresó entonces a Europa, llegando a vivir en Francia, Suiza, Italia y Gran Bretaña.
Un suceso que marcó su vida, mucho antes de su vínculo con otra pareja sentimental y profesional formada con Emmanuelle Seigner, que ha propiciado títulos como 'Lunas de hiel', 'La novena puerta' o 'Basada en hechos reales'.
La Filmoteca francesa dedicó una retrospectiva a Polanski en 2017. Su director, Fréderic Bonnaud, destacó en defensa del cineasta: «La obra de Polanski, entre películas de género y confesiones dolorosas, cuenta nada más y nada menos que el siglo XX, sus innumerables tragedias y su necesaria y a menudo sublime puesta en espectáculo».
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