Filomena se lo monta
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Un Calparsoro domesticado, un Resines juguetón y un thriller desmayado y cansino. Hay mucha nieve pero sus pisadas cinematográficas no dejan huellaSecciones
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Un Calparsoro domesticado, un Resines juguetón y un thriller desmayado y cansino. Hay mucha nieve pero sus pisadas cinematográficas no dejan huellaComo marca de la casa el cine de Daniel Calparsoro suele ser visceral, dotado de un ritmo intrínseco inconfundible, incesante en su latido narrativo. 'Mikaela' (podría llamarse Filomena. 3.0 oportunista) deja a un lado esas señas de identidad, se aferra al oficio y firma ... una cinta algo monótona, insípida y con tanto oficio como falta de fundamentos para justificar su realización. Pese a su excelente arranque, la no menos tormentosa situación personal de un policía al borde de casi todo, el filme padece el síndrome de la inmediatez, no deja márgenes para el suspense, lo desvela casi todo y parece presa de una mesurada aceleración, pero ajena a esa trepidante y efervescente pulsión que transparentan la mayor parte de las películas del cineasta de 'Cien años de perdón'. Calparsoro se sabe la lección como el maestro su librillo y películas como 'Mikaela' podría hacer tres a la semana.
País España
Año 2025
Dirección Daniel Calparsoro
Guion Arturo Ruiz
Reparto Antonio Resines, Natalia Azahara, Roger Casamajor, Adriana Torrebejano
Género Thriller
La cuestión estriba en que este thriller varado en la nieve, exento de emoción, muy recortado en esa acción inherente al director, busca dejar un poso humano (de tímida pisada) que resulta forzado o patético. pero lo único frío es este artefacto evasivo, carente de nervio, que va derritiendo toda su voluntariosa intención de entretener. El cineasta de 'El aviso' descuida lo que siempre maneja con solvencia. Al argumento se le ven todas las costuras; el subrayado musical es innecesario; y el guion está plagado de situaciones que podrían interpretarse como una sátira de lo estereotipado. Algunos incluso destilan una jocosa superficialidad: el enamoramiento del picoleto, los toscos tiroteos en la autopista y el encuentro irrisorio, que no azaroso, de la guardia civil en prácticas con el personaje de Resines, probablemente lo mejor de la ficción y del cuento nevado salpicado de sangre y dinero. Calparsoro no aprovecha las situaciones límite ni lo claustrofóbico.
'Mikaela' es lo contrario de otra obra reciente de su prolífica trayectoria:'El correo'. Resines, quizás harto de pilotar y 'salvar' algunas comedias, caso 'Un lío de millones', encarna un perfil que le devuelve a dos islas dramáticas que son de lo mejor de su larga carrera: 'La buena estrella' y 'La caja 507', pero menos. Sus diálogos no se corresponden con la amargura redentora que el actor busca imprimir en su personaje. Calparsoro, por su parte, que comenzó hace ahora tres décadas con 'Salto al vacío', nunca profundiza en la tela de araña de géneros y subtramas que confluyen en esta desfallecida historia que nunca deja fluir los conflictos.
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