Una fuga sentimental
Cinesa ·
Homenaje a dos actores inmensos: Michael Caine y Glenda Jackson, que cruzan estados de ánimos, atraviesan cuerpos cansados e ilustran el amor en el tiempoSecciones
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Homenaje a dos actores inmensos: Michael Caine y Glenda Jackson, que cruzan estados de ánimos, atraviesan cuerpos cansados e ilustran el amor en el tiempoEs, sin duda, reflejo de esa reconocible y, probablemente, inimitable manera de mirar al mundo que poseen las creaciones británicas. Una dedicada orfebrería, vocación de estilo, esteticismo muy depurado, sentido del humor y elegancia. Cientos de proyectos bajo el sello de la BBC ratifican ese ... sello especial. De semejante universo participa este agradable, desaprovechado, pero bienvenido relato que combina lucidez, nostalgia, momentos sentimentales encajados sin excesos edulcorados y un doble homenaje imprescindible: el dedicado a la memoria histórica, en muy diferentes escenarios, y cinematográficamente el que la película destina a dos actores inmensos: Michael Caine y Glenda Jackson. El primero, anunció su retirada tras este rodaje, al cumplir 90 años de edad. Ella, actriz excelente, fallecía poco después de ver la luz el filme con una base real: hace una década Bernard Jordan, veterano de la Segunda Guerra Mundial a sus 89 años se escapaba del asilo en el que vivía junto a su mujer, para unirse a sus compañeros veteranos de guerra en una playa de Normandía.
Año 2023
País Reino Unido
Dirección Oliver Parker
Guion Billy Ivory
Reparto Michael Caine, Glenda Jackson, John Standing, Danielle Vitalis
Género Drama
En un tramo de apenas unos meses dos películas se han acercado a este episodio: la que nos ocupa y 'El último soldado', protagonizada por Pierce Brosnan, que encarnó a un viudo en un retrato más alejado de la peripecia original. Entre la nostalgia bien entendida, el sentimentalismo dosificado en proporciones adecuadas y el homenaje a la pareja protagonista, 'La gran escapada' es una encantadora caja de resonancia de dos intérpretes magistrales.
Oliver Parker, cineasta de 'La importancia de llamarse Ernesto', mece la historia con sencillez, aunque se eche de menos más ambición, sin embargo muy consciente de que juega con una de esas historias rebosantes de material humanos y dos intérpretes que aportan los matices más reveladores. Esas miradas que cruzan estados de ánimos, que atraviesan los cuerpos cansados y que ilustran y escenifican los espejismos, los fantasmas y las evocaciones celebrativas y dolorosas. El filme se eleva en los planos de Caine y Jackson, juntos o separados, como si viésemos en cada uno sus respectivas trayectorias y la representación de una forma de llevar la vida a la pantalla. Lo más débil radica en los flashbacks, especialmente los que aluden a la guerra, sin gancho a modo de recurso obligado. La soledad, la resistencia, la sensibilidad y esa mezcla de calidez y fragilidad quedan en manos de esos rostros sublimes de los actores que invitan a redescubrir el mundo. «Si vuelves a escaparte, me iré contigo».
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