Garabandal, un milagro de cine

Las apariciones (hubo varias), todo lo que pasó entonces en San Sebastián de Garabandal, la postura de la Iglesia que nunca ha dado crédito a esos hechos y, sobre todo, la repercusión que tuvieron a posteriori, con una corriente de seguidores que se cuenta por miles en todo el mundo, son objetos de esta película que nace con una declaración de intenciones: la de solicitar a la Iglesia católica la resolución definitiva de estos hechos y también la de gritar al mundo que Garabandal y el espíritu que se creó durante aquellos días está más vivo que nunca.

Con ese objetivo, el de hacer esta película, que también se distribuirá en Latinoamérica, se creó la productora Mater Spei A. I. E que ha logrado involucrar en el proyecto a más de 300 personas que participan en la película de forma totalmente altruista.

Ninguno de ellos cuenta con experiencia en el cine y sólo les une el amor por la Virgen, tal y como explica a este periódico Clara Martínez, responsable de la productora. La película, insiste, nace desde el respeto a cualquier decisión que adopte la Iglesia católica, pero también con ánimo de recordar los hechos que iniciaron un movimiento con seguidores en todo el mundo.

'Garabandal. Sólo Dios lo sabe' comienza rememorando aquel 8 de junio de 1961. Ese día, las niñas Conchita, Jacinta, Mari Loli y Mari Cruz afirmaron haber tenido una aparición de san Miguel Arcángel. Días después, el 2 de julio, recibieron la visita de la Virgen del Carmen tal y como figura en la sinopsis del filme. Tras esta primera vez, se sucedieron varias apariciones en la aldea. El párroco, don Valentín -protagonizado por Rafael Samino- y el brigada de la Guardia Civil, don Juan Álvarez Seco -interpretado por Fernando García Linares- se encontraron súbitamente implicados como protagonistas en un acontecimiento que les desbordó, tratando de comprender dónde está la verdad, frente a una jerarquía perpleja, y ante una multitud cada vez más creciente de personas que acuden al pueblo en busca de respuestas.

El filme se rodó durante 27 días en distintas lugares de Liébana y la comunidad de Madrid, tal y como señala Clara Martínez, quien también recuerda que todos los participantes lo han hecho a nivel voluntario. «Es más, la mayor parte de los más de 300 intérpretes incluso se pagaron su alojamiento a lo largo de los días que duró el rodaje».

«Tampoco el equipo técnico tiene mucha experiencia. Pues hasta para el director artístico, Brian Jackson ha sido su primera experiencia a este nivel», comenta. Sin embargo y dado el interés que dice haber despertado la película, no descartan rodar alguna otra, pero siempre relacionada con algún tema religioso.