
El gesto del terror
Filmoteca de Cantabria ·
El filme es un ejercicio de efectividad en su provocador interés por conmoover y zarandear. Muy superior a la pobre y reitrada premisa del terror actualSecciones
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El filme es un ejercicio de efectividad en su provocador interés por conmoover y zarandear. Muy superior a la pobre y reitrada premisa del terror actualQuizás sea su efervescente entrega visual, entre la hipérbole y la ilustración ferozmente desatada, hasta bordear cierto riesgo de ridiculización. Lo cierto es que el ... sello Roger Corman inconfundible, difícil de digerir hoy desde ciertas exigencias puristas, mantiene su imaginativa apuesta y una permanente potenciación de los elementos y factores estéticos, retorciendo los engranajes de los relatos originales con envidiable valentía. Corman y su actor fetiche, Vincent Price, abanderan un sentido singular de la serie B. Como en 'La caída de la Casa Usher', el tándem prosiguió con una nueva adaptación de los mundos de Edgar Allan Poe. En este caso, 'El péndulo de la muerte' no bebe directamente de un relato extraordinario, sino que ejerce de cartografía fragmentada de la contundente caligrafía del autor de Boston.
País EE UU
Año 1961
Dirección Roger Corman
Guion Richard Matheson.
Reparto Vincent Price, Barbara Steele, Patrick Westwood, Antony Carbone
Género Terror
En la formación de un equipo coherente Corman volvió a echar mano del escritor Richard Matheson para elaborar un guión sin chirridos. De tal modo que las atmósferas, las obsesiones, las referencias ancladas en la historia con mayúscula, la conversión de espacios en personajes otorgan una seducción especial a la adaptación. Junto con Price, un elegante y efectivo perseguidor de las sombras, entre lo teatral y la imponente utilización del rostro, de lo gestual y del físico (con connotaciones que parecen remitir al cine mudo), el reparto estuvo en esta ocasión encabezado por Barbara Steele. Su elección fue otra de esas inteligentes decisiones que demostraban el ojo clínico de Corman (productor y director) para que sus obras pudieran paliar otras carencias de medios, presupuesto e incluso de talento.
La actriz había desembarcado en el género de terror saltando a la fama internacional al encarnar a la protagonista de 'La máscara del demonio, nada más y nada menos que Mario Bava. Con lo que asoció y sumó la iconografía del Giallo italiano (género específico en su estética) con la seña de identidad del propio cine de Corman y con el universo Poe, aquí trufado de guiños a 'El pozo y el péndulo', entre otras narraciones. Solapando capas de angustia y extremos, la tortura psicológica, lo gótico, de la claustrofobia a la sombra permanente de la muerte, el filme es un ejercicio de efectividad en el manejo del tiempo y en su provocador interés por conmover y zarandear. Por supuesto, con la imaginación como estandarte, muy superior a la pobre, reiterativa y casi siempre boba premisa de buena parte de los filmes de terror actuales.
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