La fugaz visita de Gina Lollobrigida a Santander en 1990

Era 1990 y la actriz contaba 63 años. Acompañada de Franco Nero su presencia estuvo ligada al I Festival Internacional de Cine y TV de Consumo y Calidad de Vida. Un certamen polémico que contó como plato fuerte con la presencia de Gina Lollobrigida y unos días antes de Alberto Sordi. El entonces Teatro de Festivales, aún no inaugurado oficialmente, y el Palacio de la Magdalena dieron cabida a sendos actos con la intérprete fallecida este lunes. Uno, de corte ceremonial, la clausura del citado Festival, y otro un cóctel con la presencia del jurado autoridades e invitados.

Gina Lollobrigida, según las crónicas, apareció por la puerta del Aeropuerto de Parayas con cara de desconcierto. Su presencia en Santander estuvo marcada por cierto aire de divismo y distanciamiento, frente a la simpatía y cercanía que derrochó Sordi dos días antes. Como ya era habitual desde que el cine le había empezado dar la espalda, la actriz habló de sus otros proyectos, entre ellos la publicación de un libro, y siempre con la referencia de dos de sus pasiones: la fotografía y la escultura.

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Icono de la belleza mediterránea y marcada por el amor, el desamor y los pleitos, participó en la ceremonia del Festival, presentada por el periodista cántabro Joaquín Arozamena, junto a los intérpretes españoles María Barranco y José Coronado. La Lollo, ya de madrugada, en un encuentro con periodistas en el Palacio de la Magdalena confesó que su sueño en ese momento era publicar un libro con sus fotografías, de niños y animales, editado por la mítica firma Kodak. La actriz y Franco Nero elogiaron España y quisieron dejar claro que italianos y españoles «somos casi primos. Nuestros caracteres son muy similares. En ambos países nos gusta mucho la noche y la discusión, y las gentes son cordiales, simpáticas y vivas, auténticas en definitiva».

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No obstante la actriz, que trabajó en más de sesenta películas, aludió a lo duro que le resultó trabajar en España donde rodó 'Salomón y la Reina de Saba' de King Vidor. El filme lo protagonizaba junto a Tyrone Power, que moriría de un infarto durante el rodaje en Madrid, y que sería sustituido por Yul Brynner. «Siempre comenzábamos a rodar a las cinco de la mañana y terminábamos a las cinco de la tarde. Cuando llegábamos al hotel sólo queríamos comer algo y meternos a dormir, pero siempre la cena era a partir de las diez de la noche. En vista de esto, decidí comprarme un hornillo e instalarlo en mi habitación del Hilton».

La actriz aseguró que el santanderino «es un festival ingenuo y por eso mucho más interesante». A la estrella y a Nero, no obstante, les chocó la denominación del certamen. «En Italia no conocemos las palabras calidad de vida o consumo, ni siquiera tenemos ministerio». Entre sus juicios, opinó en Santander que «el buen cine no tiene nacionalidad. Hay buenas y malas películas tanto en Europa como en EEUU. En España, ustedes no están nada mal», tras elogiar a directores como Carlos Saura. Siempre envuelta en polémicas Lollobrígida aconsejó que «no se leyera ninguna de las biografías» que se han publicado sobre ella.

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