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Killers of the Flower Moon. 2023. 206 min.EE UU. Dirección: Martin Scorsese. Guion: Eric Roth y Scorsese. Reparto: Leonardo DiCaprio, Robert De Niro, Lily Gladstone, Jesse Plemons. Música: Robbie Robertson. Fotografía. Rodrigo Prieto. Género: Drama. Salas: Cinesa, Yelmo y Ocine.
Infunde luz en la oscuridad. Alumbra al adentrarse en lo criminal. Es crónica deslumbrante y retrato íntimo. En las entrañas de la caligrafía fascinante de 'Los asesinos de la luna' caben la crónica y la historia desvelada, la cara oculta de un wéstern y el eclipse revelado de un sistema de construcción capitalista donde subyace la mentira, el abuso, la hipocresía, la muerte, el exterminio. Martin Scorsese, como en todo su cine, pone tiza sobre la pizarra en la que muchos han querido borrar lo obvio y vuelve a hurgar en las heridas y las vendas que sostienen el mito fundacional estadounidense.
Algunos quisieron ver en 'El irlandés' un toque testamentario'. Pero esta nueva edificación monumental, y a la vez detallista, lo desmiente. El filme de Scorsese de manera tan sutil como torrencial, en equilibrio constante (sus más de doscientos minutos reman a favor de la marea descomunal de su ambicioso trabajo) es un juego de perspectivas, encrucijadas y perfiles que traza las líneas maestras de una verdadera lección de cine. Incluso quien se muestre distante de la historia, la pequeña y la grande, puede transitar por la condición humana con una cámara sensorial, con tacto, que escudriña y abarca, que mece y se clava en los espacios y los rostros.
Memoria histórica, pliegue de piel contra piel, su afán de narración prima sobre cualquier distracción. Hay una delicada partitura hímnica y un travelling interminable en esta obra inmensa, fruto natural del cordón umbilical del cineasta, ese que está en el ADN de 'Gangs of New York', o de 'Uno de los nuestros'. Un retrato de comunidad que desnuda y descifra esa ecuación de violencia y capital, basada en la falacia y en lo siniestro. Con la complicidad de sus actores y amigos, con ese contrapunto de silencio y belleza, de raíces y secretos que aporta Lily Gladstone, el cineasta de 'El lobo de Wall Street' levanta una obra tan furiosa como contenida, que rebaña en el disturbio y se fija en la naturaleza a través de la identidad étnica del pueblo Osage.
Secuencias como la de la tormenta, la del fuego y las de la casa se intercambian con planos y diálogos majestuosos. Como un demiurgo que hubiese estado esperando su momento, alterna tragedia americana, esa intrahistoria colonial y racista, con drama, thriller tragicómico y wéstern. Y el cineasta aún deja intacta una estela de intimidad, dignidad y serenidad en ese retrato de amor y muerte de los personajes que encarnan DiCaprio y Gladstone. Ilustración y redención hasta el guiño final del Scorsese autor/narrador en un hermoso homenaje a la radio. Acaba de estrenarse pero ya es un clásico.
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