El horror de la pérdida
Cinesa ·
Tres historias entrelazadas y marcadas todas ellas por un elemento común, el suceso extraordinario que discurre entre la vida y la muerte. belleza y espanto.Secciones
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Cinesa ·
Tres historias entrelazadas y marcadas todas ellas por un elemento común, el suceso extraordinario que discurre entre la vida y la muerte. belleza y espanto.Es fría pero abierta al estremecimiento. Es un réquiem vital, que precisamente se eleva en la paradoja de ese pliegue de muerte en vida y vida en lo mortal. Todo lo que puede deducirse de la apariencia queda desmentido con su sutileza, su minimalista puesta ... en escena que, sin embargo, está dotada de un transparente, agudo y clarividente uso de los espacios. Es terror dramático y drama terrible.
Año 2024
País Noruega
Dirección y guión Thea Hvistendahl
Reparto Renate Reinsve, Anders Danielsen Lie, Bahar Pars, Bjørn Sundquist
Género Terror / Drama
Cuando su realismo toca lo extraño, sobrenatural y casi atávico, todo resulta cercano. Una desgarradora mezcla de duelo, pérdida y soledad que da más miedo que cualquiera de los sustos que alimentan el género estereotipado, vulgar y reiterativo en que se ha convertido el terror en la pantalla del presente. El debut de Thea Hvistendahl, arriesgado, quizá un tanto relamido en ocasiones, teje tres historias entrelazadas y marcadas todas ellas por un elemento común, el suceso extraordinario que discurre entre la vida y la muerte. Dura, pero de textura diáfana, con el agua como elemento simbólico, está sembrada de metáforas visuales, como esa insistencia en mostrar alimentos envasados con destino a neveras y a espacios de conservación.
La cineasta revela una mirada madura que resbala por la piel del dolor, por esa frontera endeble entre vida y muerte que se convierte en el cordón umbilical de la película. Inquietante, parsimoniosa, sin prisa por mostrar pero subliminalmente contundente, es una hermosa incursión en la fragilidad. El pasaje inmerso en una versión de 'Ne me quitte pas' de Jacques Brel no tiene desperdicio. De un modo u otro, con contención o de forma desnuda, en todas las criaturas de 'Descansa en paz' asomará alguna lágrima. Hvistendahl envuelve al espectador con sobriedad y elipsis en esas tres relaciones familiares y generacionales distintas, casi opuestas, pero compartidas por la aparición del asombro entre la luz y la oscuridad, entre un apagón y un resplandor, entre la tierra y el agua, entre el miedo y el duelo, entre el terror primario y el estertor dramático. Si decimos que la historia responde a un guion de John Ajvide Lindqvist, el autor de 'Déjame entrar', ya no hay duda de la dimensión de la pesadilla y de su punzante conmoción. Imágenes dolorosamente hermosas como un álbum de seres queridos que regresan entre presagios, heridas y recuerdos. La desazón y ese temblor al que buscamos un nombre sin hallarlo. Belleza y espanto.
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