Lo inasible de amar
Groucho y Cinesa ·
El doble retrato se mueve entre el apetito por la vida y la fugacidad del deseo. Y el cine como un intruso hurga en esa línea invisible en el tiempo y el espacioSecciones
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Groucho y Cinesa ·
El doble retrato se mueve entre el apetito por la vida y la fugacidad del deseo. Y el cine como un intruso hurga en esa línea invisible en el tiempo y el espacio«Lo quiero todo de ti», le dice Pierre Bonnard a Marthe de Méligny. El pintor y su musa. Es fácil caer en los tópicos. Navegar sobre el cauce silueteado y sin riesgo de zozobrar.
Año 2023
País Francia
Dirección Martin Provost
Guion Marc Abdelnour y Provost
Reparto Cécile De France, Vincent Macaigne, Stacy Martin, Anouk Grinberg
Género Biopic
A la película de Martin Provost le sobran minutos, sí. ... También mantiene un pulso no siempre bien resuelto entre contemplación y disección, entre el lienzo,que es la pantalla, y el trazo que es la cámara adentrándose en dos vidas que crecen en eso que llamamos amor (también su opuesto, claro) a través de la pintura. Al cineasta de 'Dos mujeres', se le nota cariño y conocimiento. No es un biopic. Es una exposición de cuadros de vida, inevitablemente fragmentada, que su película rompe y funde con idéntica levedad y convicción, en lo cronológico y en lo puramente narrativo. Al cabo, el relato de vida del pintor y su musa queda vertebrado por esas escenas de la pareja desnuda bañándose en tiempos y espacios diferentes. No es felicidad. Es ese estado de luz que se repite y que no es el mismo, ese juego de reflejos diluidos como espejos rotos. La misma imagen y sus distintas e iguales formas de amar en sus respectivas biografías paralelas, complementarias, dependientes.
Provost crea hermosas escenas, también se excede en algunas reiteraciones. Pero en esa pulsión reside buena parte del encanto de este doble retrato, que es uno, que se desdobla en los cuadros, en su modelo, en la mirada, en esa mezcla de ventanas, escaleras, puertas, dentro/fuera, marcos, fugas y abrazos que siembran la puesta en escena. Es el uso de los espacios, las rupturas entre escenas y encadenados a través de un lugar fijado, como si se tratase de un cuadro para luego pasar a la vista general o a los detalles,. que constituyen parte del atractivo del filme de Provost. La visión es sensorial a veces, social e histórica otras. En el cineasta de 'Violette' no hay tanto un ánimo de radiografía como de lucidez, de recreación de una sucesiva ilustración de pasajes y episodios nunca del todo esteticista, nunca puramente biográfica. Fundidos a negro, elipsis, en su sutil ligereza gana más presencia que en el vínculo visceral de sus criaturas. A ratos amor fou, y en otras ocasiones la colisión, la tercera persona y la autodestrucción. Amor y arte. Martin Provost se mueve entre el apetito por la vida y la fugacidad del deseo y la pasión. Lo carnal y lo luminoso. Y el cine como un intruso hurgando en esa línea invisible entre la pintura de Bonnard y lo inasible de amar.
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