
Marejada chisposa
Cinesa y Ocine ·
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Aborda la monstruosidad de lo aparente con la monstruosidad interior y juega con los tópicos. Es más amena que deslumbranteLas sesiones matinales que hoy de manera excepcional se suman a la oferta en cartelera rubrican el ocio vacacional y, en concreto, la necesidad de ... devolver al cine todo su potencial como atractivo para el entretenimiento. Y ahí, en la revitalización de ese estado que ha permanecido como adormecido tras la pandemia, el mundo de la animación tiene mucho que decir. Su diversidad y competencia favorece al espectador y, en este sentido, las expectativas del verano son optimistas con una amplia y variada representación. En el arranque dos opciones, en plataforma y en pantalla.
País EE UU
Año 2023
Dirección Kirk DeMicco, Faryn Pearl
Guion Pam Brady, Brian C. Brown, Elliott Diguiseppi.
Género Animación
La primera, 'Nimona', en Netflix, y la segunda, la que nos ocupa 'Ruby, aventuras de una kraken adolescente', producción que parece insuflar más efervescencia a DreamWorks. En perspectiva una de la más esperadas es 'Elemental', de Pixar. Ruby viene a ser como la otra cara de 'La Sirenita' y solo el elmento líquido, el agua y el mar, parecen unirlas. La aventura de la adolescente kraken arranca con poderosa fe en sí misma. De los colores a las formas, pasando por el dibujo de los personajes, se proyecta con facilidad aunque vaya perdiendo personalidad. El filme resulta más chisposo que divertido, más festivo que deslumbrante, más bullicioso que entretenido. La criatura tímida que guarda en su interior una bestia marina tiene más premisas que frutos, planteamientos que resultados, más tentáculos que tacto. Aborda la monstruosidad de lo aparente con la monstruosidad interior y juega con los estereotipos y tópicos que se asocian a la bondad o la maldad, todo ello en una sucesión de burbujas submarinas tan atractivas como progresivamente reiterativas y un tanto asépticas. Kirk DeMicco y Faryn Pearl optan equivocadamente por acumular y por acelerar, con lo que el choque entre la narración y el lenguaje visual va en detrimento del filme.
El mundo adolescente tiene su reflejo casi perfecto en la criatura que vertebra la historia, entre inquietudes y el vértigo de la diferencia. Pero en Ruby falta esa marejada de sorpresas que agiten su luminosa capacidad visual y cromática. Hay hermosos paralelismos abisales entre las profundidades marinas y los abismos generacionales. No obstante, el calamar gigante se enreda en sus posibilidades y se limita a una animación amena, lejos de la fascinación.
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