
Miradas y tacto
Embajadores. Santander. ·
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Embajadores. Santander. ·
La cámara y los ojos de la protagonista mantienen un diálogo constante. Buen gusto, mezcla sutil de realismo y fábula en un relato sobre pérdida y desvelosLa mirada de la niña Alessandra González es la mitad de la película. La otra mitad es lo que no ve, lo que subyace en ... el trayecto vital iniciático que discurre entre el descubrimiento y la zozobra. 'La niña de la cabra' es una historia de desvelos, que viaja de la muerte a la vida, de la pérdida a la revelación, de lo oculto a lo desvelado.
Año 2025
País España
Dirección y guion Ana Asensio
Reparto Alessandra González, Juncal Fernández, Lorena López, Javier Pereira
Género Drama
No hay prisa ni desmesura. El tacto es obvio. Tras la mirada superficial, sin prisa, en una pausa que es también textura, van asomando la extrañeza, los miedos, la lección de asideros vitales, el pulso entre lo que le dictan y lo que desmiente el mundo alrededor. Ese cuento, que es la vida, va mostrando sus entrañas: espejismos, engaños, ilusiones, lo visible e invisible.
Tras su excelente ópera prima, 'Most Beautiful Island', la realizadora Ana Asensio se aleja de cualquier encasillamiento y firma una segunda cinta sin convulsiones, pero arriesgada, dado que sortea con solvencia el mero retrato naif. En su discurrir insinúa dobles planos, resquicios y hendiduras en este relato de aprendizaje de una niña de 8 años que sufre una pérdida cercana y, casi al tiempo, encuentra un nuevo territorio, esos otros mundos ajenos al vocabulario y el microuniverso presentados como un hábitat único. Con pequeños detalles, una visualización coherente y firme, elegante y sin sobresaltos, la cinta avanza como una invitación a adentrarse en un melancólico pasaje entre el realismo, el costumbrismo y el oficio de vivir en un filme ambientado a finales de los ochenta; y, del otro lado, el imaginario que construye la infancia desde la fantasía, lo popular y el hallazgo que se desprende de la ficción. Hay una capa innombrable de tono onírico que se teje en las idas y venidas de la niña protagonista. La cineasta vuelca su propia experiencia y su evocación infantil. Hay encanto y naturalidad, pero quizás las relaciones y vínculos del personaje con lo que representa lo adulto merecían mayor hondura. 'La niña de la cabra' muestra numerosos paralelismos, al menos de intencionalidad emocional y social y de memoria personal con el debut como cineasta de la actriz Paz Vega en 'Rita'. Ana Asensio traza huellas del racismo, la represión católica, la desigualdad y el clasismo. La cámara y los ojos de la protagonista mantienen un diálogo constante. Buen gusto, mezcla sutil de realismo y fábula, y un nada desdeñable itinerario por ese territorio de fragilidad, inocencia y ternura, siempre abiertas a la conmoción.
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