¡Qué monada!

Guillermo Balbona

Santander

Lunes, 24 de febrero 2025, 09:31

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Valoración

Datos

• Película The Monkey

• Año 2025

• Duración 95 min

• País EE UU.

• Dirección y guion Osgood Perkins

• Historia Stephen King

• Música Edo Van Breemen

• Fotografía Nico Aguilar

• Reparto Theo James, Tatiana Maslany, Christian Convery, Colin O'Brien

• Género Terror/comedia negra

• Salas Cinesa , Peñacastillo y Ocine

El cineasta Osgood Perkins, quizás en respuesta irónica a quienes no quisieron reconocer la autoría de su muy personal 'Longlegs', juega con Stephen King, con ... el espectador y con los géneros y se marca un entretenimiento rotundo, sangriento y muy lúdico. El hijo del protagonista de 'Psicosis' exprime una adaptación del canónico 'El mono' del escritor más exitoso del género de terror, para retorcer las muertes, cada una más salvaje y sangrienta que la anterior. El resultado sale de dejar caer unas gotas casi cínicas de bautismo personal sobre el horror y la tensión psicológica, pero envuelto todo en una juerga festiva, en un festival truculento. En apariencia podría ser otra entrega de la saga 'Destino final', pero el talento del cineasta de 'Gretel y Hansel: Un oscuro cuento de hadas' asoma al imprimir un sello de distinción en cada situación entre la gamberrada fina, la revisión de la estética y coreografía gore y una mirada muy ácida. Entre los gemelos de la historia y el mico que encabeza la tamborrada siniestra, el filme da vueltas de tuerca regodeándose en su suerte pero sin acabar de 'rematar' el espíritu libre que busca un hueco entre géneros y en la radical inmersión en la comedia muy negra y el gore de manual: esa sucesión de guiños de familia con traumas, disfuncional, aprovechando tanto la amargura que subyace en el relato original como los elementos y factores que apelan al terror. 'The Monkey' persigue un equilibrio entre la risa nerviosa, lo negro y lo oscuro, que no es igual, y los simbolismos de las experiencias personales. El espectador de igual modo se debate entre dejarse llevar por la teatralidad sanguinolenta, a modo de prótesis de 'El muñeco diabólico', u optar por el terror más puro del texto, despojado del protagonismo de la comedia. De muerte a muerte y tiro porque me toca, avanza el filme en un juego de la oca, perdón del mono, qué monada!, en un engranaje que se repite frente al azar del cuento de King. El malditismo del pasado y lo oculto de la infancia están soterrados en cada golpe de gracia del tamborilero que ha sustituido los platillos, curiosamente, por una cuestión de derechos legales. El diálogo entre la interminable imaginación de lo visceral y del mal con el absurdo en estado puro es el verdadero descenso a los infiernos que quizás Perkins desaprovecha. O tal vez sea el redoble que anuncia una saga.