Monólogo 'Harlemtiano'
Cinesa y Ocine ·
Comedia bienintencionada, de humor blanco y puesta en escena convencional, la ópera prima recurre a la comicidad facilonaSecciones
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Cinesa y Ocine ·
Comedia bienintencionada, de humor blanco y puesta en escena convencional, la ópera prima recurre a la comicidad facilonaA este paso, entre sus incesantes apariciones y la asunción de un personaje no muy alejado del que cataliza sus jocosos monólogos, Leo Harlem va camino de convertirse en un Paco Martínez Soria de cierta comedia española del presente. Imparable en lo coral pero también ... capaz de sostener un tibio enredo argumental sobre valores, ideas y estratos sociales, el comediante es el dueño, con permiso de Dios, de la ópera prima de Paz Jiménez. No obstante, el sello primerizo o neófito en la dirección se atempera y equilibra con el poso y la serenidad en la escritura de Marta Sánchez, cuya experimentada labor ha tenido reflejos en '7 vidas' o 'Aída'.
País España
Año 2023
Dirección Paz Jiménez
Guion Marta Sánchez
Reparto Daniel Pérez Prada, Leo Harlem, María Morales, Maribel Salas, Santi Ugalde, Stéphanie Magnin Vella
Género Comedia
La cinta, no obstante, pasa por varias fases desde un tono que la acerca al concepto de españolada con mucha sucesión solapada de estereotipos y tópicos, a una acelerada; y entre ambas algunos momentos divertidos al dejar a la intemperie varias situaciones que permiten dar la vuelta a cuestiones morales, convenciones y posiciones firmes que se tambalean a la menor de cambio. Parte del acierto para que la comedia no decaiga radica en no desligar nunca la figura y el humor de Harlem, que suele llegar con facilidad a muchos tipos de públicos, de la idea que sirve de estructura de este filme: un funcionario de Hacienda que acaba trasladado al ministerio de Igualdad. Lo que en un sitio conlleva una imagen, un lugar y una manera de mostrarse ante los demás, en el otro supone lo opuesto o lo contrario.
El Leo Harlem que juega con las paradojas, las hipérboles y el lenguaje se desata en algunas de esas secuencias potenciadas por el factor empático. De ese modo, el personaje machista, duro y racista se verá enfrentado a un terreno de relaciones donde prima el lenguaje inclusivo. La sonrisa sirve para paliar el tufo a déjà vu, el rastro de lo rutinario y la puesta en escena encorsetada. El humor, clave, ya se sabe, entre blanco y muy controlado en su llamada de atención o supuesta provocación, busca un arco democrático con red y sin riesgo.
La simpatía es el lema y la redención el guiño más propicio para conectar con el personaje. Por cierto arropado en general por unos buenos secundarios. Sin molestar pero con mejores intenciones que resultados, 'Como Dios manda' discurre en los márgenes del chiste fácil, del cliché rancio. De manera oficiosa la comedia de cuñao empieza a tener su sitio fijo. Entre la ingenuidad y lo previsible uno parece enfrentarse a un dilema entre el monologista como dios manda o el actor lidiando con lo vulgar y momificado.
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