La munición del estilo
Cinesa, Yelmo, Ocine ·
Demora, aflicición y masacre conviven en este ejercicio sangriento, entre homenajes a Melville y un obsesivo ajuste de cuentas marca de la casaSecciones
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Cinesa, Yelmo, Ocine ·
Demora, aflicición y masacre conviven en este ejercicio sangriento, entre homenajes a Melville y un obsesivo ajuste de cuentas marca de la casaNo se puede pedir más coherencia a John Woo: balas, cadáveres, sequedad, contundencia y, sobre todo, una clase de demostración de estilo. El cineasta de Hong Kong, reivindicado por Tarantino, regresa con este rizo gestual violento, silente, como su personaje de 'Noche de paz', en ... una cinta que responde a un engranaje tan resabiado como lógico en su trayectoria. El filme se ajusta a un metraje muy preciso y bastante moderado respecto a las desmesuradas modas imperantes pero podría haber tenido de igual modo una duración u otra, matemática, reflejo de la munición y el reguero de cadáveres que siembran la trama.
País EE UU
Año 2023
Dirección John Woo
Guion Robert Archer Lynn
Reparto Joel Kinnaman, Catalina Sandino Moreno, Kid Cudi, Harold Torres
Género Acción
Con nocturnidad y alevosía de soniquete navideño la cinta es un thriller puro y duro de venganza. Una mezcla entre cualquiera de esos protectores reaccionarios que han poblado el cine de la última década (caso del 'altruista' personaje que encarna Denzel Washington), pasando por los títulos de Liam Neeson y la saga de John Wick. Lo curioso es que el director entregado a la acción estilizada y refinada, que caracteriza una filmografía integrada por más de sesenta títulos, adereza las incontables muertes de su ficción con un amago de melodrama emocional tan desgarrador como afectado. La famosa cámara ralentizada de otras épocas, en la que el cineasta de 'Blanco humano' se regodeaba en una coreografía esteticista, parece ligada ahora a una pérdida que sirve de acicate a cada muerte que habita en el filme. Reforzada por el silencio de su criatura, la nueva creación del cineasta de 'Cara a cara' y 'Misión imposible 2' solapa cada gesto del conflicto con el cuerpo a cuerpo, la melancolía y la sobriedad y una clara identificación con esos videojuegos criminales de exterminio y supervivencia.
Casi es superfluo el número de golpes, disparos y persecuciones porque las muertes se envuelven bajo una pátina de culpa, sufrimiento y duelo. El actor Joel Kinnaman se presta al juego y pone toda la carne de monje y liquidador implacable en el asador y Woo, que se las sabe todas, se muestra paciente hasta lo cansino en un tour de force que parece la versión psicodélica de un noir de rap, sangre y armas, como si se hubiese esnifado un 'Blade runner' de bandas replicantes y 'Scarface' a la vez. Demora, aflicción y masacre conviven en este ejercicio de estilo, entre homenajes a Melville y un obsesivo ajuste de cuentas marca de la casa. --
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