Náufragos de amor
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El guionista de filmes como 'De óxido y hueso' surca su segunda dirección para contar una travesía desigual de supervivencia, catarsis y redenciónSecciones
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El guionista de filmes como 'De óxido y hueso' surca su segunda dirección para contar una travesía desigual de supervivencia, catarsis y redenciónSu travesía emocional tiene tantas mareas como rumbos y no todas son uniformes ni navegables. La indefinición de su hoja de ruta resulta determinante en que acaben disolviéndose sus buenas maneras, un guion con muchas posibilidades y esa huella inconfundible de texto y textura de ... la escritura de Thomas Bidegain, el guionista habitual de Jacques Audiard, ahora director. Precisamente cuando la historia de la pareja –únicos intérpretes– adquiere factores más hondos, crece la identidad del filme. 'De repente, solos' navega entre dos aguas, la de una aventura de exploración, nómada, de viaje y trasfondo paradisíaco; y otra existencial, de huida hacia adelante, de drama sobre la soledad y el conocimiento del otro y de uno mismo. Bidegain, que debutó como director con 'Mi hija, mi hermana', es uno de los grandes guionistas europeos con títulos como 'Un profeta' y 'De óxido y hueso'.
País Francia
Año 2023
Dirección Thomas Bidegain
Guion Bidegain, Delphine Gleize, Valentine Monteil
Reparto Gilles Lellouche y Mélanie Thierry
Género Drama
La puesta en escena, la ambigüedad, el foco difuso provocan que la interesante apuesta de una obra física y de retos sentimentales quede unas veces varada y otras devorada por el tsunami de su propia trascendencia intrínseca. Simbólica y metafóricamente la cinta se mueve entre el naufragio y la pérdida, la renuncia y la redención, el silencio y el diálogo terminal. El equilibrio entre lo cotidiano de la supervivencia –esas duras escenas con pingüinos o los frustrados intentos de escapada– y del otro lado, el desgarro, la catarsis o el ajuste de cuentas visceral es casi imposible. De los dos actores triunfa claramente la excelente Mélanie Thierry con sus registros de encanto y decadencia por dentro y por fuera. Hay una hermosa idea de confluencia alrededor de la pareja: ese deseo de buscar un rincón primario, con cierta pureza, antes de que se acabe el mundo, y la propia búsqueda de una tabla de salvación o asidero frente a la destrucción de la relación.
Bideagain administra las situaciones límite, las tormentas exteriores y las interiores, ese 'no puedo vivir sin ti pero tampoco morir sin ti' que sustenta gran parte de la tensión dramática. Hostilidad, perturbación, conmoción, resiliencia se conjugan con mayor o menor acierto en un intercambio de fragilidades y superaciones. Los personajes viven tanto peligro en las amenazas de la naturaleza, en el reto de la adaptación a una dura geografía, como en su transfusión de amargura. Todo es grave pero a 'De repente, solos', le falta ese hálito bergmaniano instalado en el epicentro del paisaje que tan pronto se postula desoladoramente bello como una coartada para regodearse en lo terminal.
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