Operación rosa
Cinesa, Yelmo y Ocine ·
Un insustancial homenaje, exento de vuelta de tuerca a la acidez, quizás hasta de caricatura, o un meneo a la cosa, que se queda en respetuosa naderíaSecciones
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Cinesa, Yelmo y Ocine ·
Un insustancial homenaje, exento de vuelta de tuerca a la acidez, quizás hasta de caricatura, o un meneo a la cosa, que se queda en respetuosa naderíaHay oportunismo, algo de reactualización y júbilo de musical. De las tres sale con aprobado raspado y se acabó. 'Chicas malas' (pesadas en el mundo latino) regresa dos décadas después con criterios comerciales y la vista puesta en taquilla, lo cual es loable, pero su ... intención de gancho generacional le queda grande. Vuelve la comedia de instituto por excelencia, revestida de musical en una especie de inmersión en las redes. Entre etiquetas y códigos puede decirse que el filme es una sucesión de guiños cómplices para conformar 'la película del musical de la película'. Del 'You go, Glen Coco!' a 'Wednesdays we wear pink'. Pero todo lo que rodea y conforma el original y la nueva versión del libro, de Rosalind Wiseman, se centra en esa expresión: 'So fetch', 'súper fabu', que funciona como un mantra.
País EE UU
Año 2023
Dirección Samantha Jayne, Arturo Perez Jr.
Guion Tina Fey
Reparto Angourie Rice, Reneé Rapp, Bebe Wood, Avantika Vandanapu
Género Comedia musical
Tras el filme que elevaron a culto adolescente la cómica Tina Fey, guionista, y el director Mark Waters, y el paso después por Broadway, ahora llega el turno de este maquillaje 3.0 que sigue apelando al rosa y mantiene por supuesto la esencia del subgénero, ese enjambre de abejas reina, marginadas y competiciones varias. Solo se añade ese diálogo entre el 'me gusta', las canciones y maneras de musical y el postureo como arma letal. Pero no puede competir con la cinta que aprovechó su descaro para sentar una base casi sociológica, superficial, sí, pero aferrada al terreno de una serie de tópicos, con Lindsay Lohan a la cabeza. Repetir, más o menos, los trazos de la cinta que llegó con el nuevo milenio resulta torpe. Queda en el poso la mano de Fey que siempre se agradece.
También simboliza este presente de control, de humor pasado por la batidora hasta que se borre la posibilidad de crear ofendidos de lo suyo, de tal modo que casi todo queda diluido, falto de sustancia y, sobre todo, de sentido. Con el rosa de 'Barbie', aún coleando, esta película de Samantha Jayne y Arturo Perez Jr. se aferra a la estela de cintas como 'Una rubia muy legal' y pretende que baste con el homenaje y el recuerdo del icono. La comparación tan odiosa no resiste porque el recuerdo de las actrices de 2004 –junto a Lohan, Rachel McAdams y Amanda Seyfried– es difícil de superar. Sin exigencias ni retrovisor, esta versión tuneada puede resultar simpática si uno se acerca con cierta complacencia al cine de instituto, a ese lúdico retrato de chicas unidas, arpías o rebeldes Pero carece de vuelta de tuerca a la acidez, de caricatura, de un meneo a la cosa. Todo es respetuosa nadería, salvo lo afilado de Fey. Inconsistente e innecesaria, se postula desde su jerga.
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