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Los no Oscar

Guillermo Balbona

Santander

Lunes, 10 de febrero 2020, 11:11

El negativo cinematográfico dejó al descubierto intenciones, olvidos, reconocimientos, salidas epatantes y muchas contradicciones. Natalie Portman se vistió de Wonder Woman y Capitana Marvel y llevó una capa con los nombres bordados de las directoras no nominadas (Greta Gerwig por 'Mujercitas', Lulu Wang por 'The ... Farewell' o Lorene Scafaria por 'Estafadoras de Wall Street'). Era un acto de justicia poética. Hubo muchas otras exclamaciones, gestos y retazos de humor en torno al racismo, la desigualdad de género, el cambio climático, los abusos de la política Trump e incluso apelaciones colectivas, entre el buenismo y la solidaridad global. Lástima que nadie fuera capaz de premiar a 'Joker', la película antisistema que desvela el lado oscuro de nuestra sociedad más ordenadamente hipócrita. Sobre las cinco menos diez de la madrugada, en el umbral de los premios mayores, la gala era más propia de un musical de Broadway abrazado al club de la comedia, pasando por la isla de las tentaciones: entre Netflix en la sombra, Martin Scorsese sonriente pero humillado y Meryl Streep ausente, no se sabía muy bien hacia donde dispararían las flechas más deseadas del Cupido Oscar, tras los sucesivos triunfos mexicanos de los últimos años. Aquello, ya que la noche fue de pituitarias tan finas como las que narra 'Parásitos', olía a pirueta y a rareza. El doblete de mejor película de habla no inglesa, ahora internacional (el año próximo se llamará planetaria) y mejor película principal suena absurdo dentro de la jerarquía tradicional, pero a Hollywood le permite el factor sorpresa, zarandear los análisis más sesudos y «hacer historia». 'Parásitos' es un thriller metafórico con muchas capas. Una excelente película, manchada en su epatante tramo final, aunque hay que reconocer que Bong Joon-ho tiene obras mejores, caso de 'Memories of Murder' . Su calidad es intachable y hasta ahí los premios dados con acierto a quien sabe que el verdadero monstruo es el Estado, pero el sentimiento de culpabilidad frente al maestro Scorsese fue evidente. Más que agradecimiento y devoción, el guiño del cineasta surcoreano al director de 'El irlandés' parecía la entrega del no Oscar. «Cuando estaba en la escuela estudiaba las películas de Martin Scorsese». Para la Academia además era una manera de resarcirse del error del pasado año cuando los reconocimientos a 'Roma', de Alfonso Cuarón, no evitaron la sensación de que la mejor película del año no había sido premiada. Los galardones a los intérpretes estaban cantados aunque en una gala en la que abundaron los números musicales quizás era la nota y la sintonía más ajustada. La noche se movió entre la atmósfera maternal, más que feminista, y la originalidad, la mirada de reojo al maestro, el 'Yesterday' del homenaje a los que se fueron, y un futuro con muchas incógnitas en el que se deberán ajustar las ansias de globalización con las nuevas vías de producción y exhibición que ya no responden a los moldes establecidos.

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