
Palmeras y postes eléctricos
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Revela tanto el peso de lo íntimo como la levedad de lo generacional, el desgarro de la adolescencia como las heridas sin cicatrizarSecciones
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Revela tanto el peso de lo íntimo como la levedad de lo generacional, el desgarro de la adolescencia como las heridas sin cicatrizarOtra ópera prima. Y de nuevo una mirada esencialmente femenina. Es un excelente debut. Pero quizá la desestructurada sensación final tenga su origen en la ... desigualdad de tonos. Hay dos películas en 'Llueve sobre California'. En la primera cabe un retrato de primer amor, de fascinación de una joven por el hombre mayor, de desazón adolescente. Su atractivo es innegable pero es posible que se eche de menos una cierta querencia por el amor fou, por la formidable sorpresa que provoca toda iniciación. En la segunda película (parte) de este vínculo todo muta en un estado de drama psicológico que igualmente padece la carencia de cierta hondura. No obstante, es brillante la capacidad de la directora Jamie Dack, bendecida por el Festival de Sundance, para partiendo de su cortometraje homónimo, mirar a su alrededor y adentrarse en una historia que posee tanto de elogio de la seducción como de pérdida de la inocencia.
País EE UU
Año 2022
Dirección Jamie Dack
Guion Dack, Audrey Findlay
Reparto Lily McInerny, Jonathan Tucker, Gretchen Mol, Emily Jackson
Género Drama
La suya es una mirada a dos bandas, en dos tempos, sin perder de vista el perfil social, las señales existencialistas, los signos y exponentes de lo familiar, de la comunidad, de lo colectivo. Aunque en ocasiones desafina, el filme revela tanto el peso de lo íntimo como la levedad de lo generacional, el desgarro de la adolescencia como las heridas sin cicatrizar que va dejando la revelación de lo oscuro. 'Nunca llueve en California' desprende por todo eso una capa de enamoramiento de la vida, de laxo desmayo. Zozobra, hundimiento, naufragio se combinan en fondo y forma con esa cruel revelación que pone la vida a la intemperie en apenas unos minutos. El título original es el que mejor simboliza un paisaje, una forma de estar en el mundo, un escenario representativo donde enmarcar una historia de amor y un pulso de poder emocional. Son esas hileras de palmeras y postes de electricidad, a los que alude el título, los espejos de exaltación y desolación, de destello y desequilibrio. Lo vulnerable y los asideros ocasionales se suceden y alternan en un filme donde lo opresivo e inmediato, repetitivo, se alternan con esas carreteras que se antojan interminables.
Todo el filme es como un preludio de una road movie de fuga que no veremos. La presencia de Lily McInerny, los momentos alternativos de vacío y plenitud, como una coreografía de vieja escuela, elevan la cinta cuando el asombro y la perturbación comparten espacios. Lugares donde asentar la comodidad y ser zarandeado por la incomodidad.
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