De tal palo tal astilla

Cinesa, Ocine y Yelmo ·
No puede negarse que Ishana Shyamalan es hija de su padre. Su viaje entre mitos, sueños y leyendas, como una melodía oscura, es muy familiar

Guillermo Balbona

Santander

Jueves, 27 de junio 2024, 10:33

De tal palo, tal astilla, dicen. En intenciones, ambición, complicidad y algunos factores comunes de estilo y mirada, no puede negarse que Ishana Shyamalan es ... hija de su padre. Tras curtirse en la serie 'Servant', debuta con una ópera prima climática, de sucesivas y solapadas atmósferas, ambientada en un bosque, como una de las más oscuras parábolas de la filmografía de M. Night Shyamalan y con una querencia por los giros y vuelta de tuerca a los que, para bien y para mal, nos ha acostumbrado el cineasta de 'El sexto sentido'.

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Año 2024
País EE. UU.
Dirección y guión Ishana Shyamalan
Reparto Dakota Fanning, Georgina Campbell, Oliver Finnegan, Olwen Fouere
Género Terror

La película está protagonizada, tras una buena elección, por Dakota Fanning, una actriz ya con más de medio centenar de cintas –está rozando los treinta años de edad– y cuando aún parece reciente su papel de niña secuestrada en 'El fuego de la venganza' de Tony Scott. Pero volviendo al debut prometedor de Ishana Shyamalan, lo importante es que bajo la pátina del fantástico, con raíces en el folclore y lo atávico, y sin descuidar los engranajes más sólidos del cine de terror, 'Los vigilantes' es una construcción nada frívola.

Complejidad en la identidad del personaje, trama enredada con atractivo y gusto por envolver y atrapar al espectador (pese a los excesos finales) y una singular columna vertebral muy cinematográfica: la mirada, el veo y nos ven, el de los ojos como descubrimiento o ciega perspectiva física y metafórica. 'Los vigilantes', basada en la novela de A.M. Shine, presenta sus mejores momentos de elegancia, sutileza y seducción cuando dosifica y juega con los elementos inquietantes. Elipsis, juego de espejos, fronteras invisibles, espacios en un maduro uso de la puesta en escena (el aprendizaje se le presupone). Del otro lado, los peros llegan como en toda ópera prima de la acumulación, de pretender abarcar demasiado. Triunfa en ese diálogo entre intriga y terror psicológico, lo gótico y ancestral, el pasado y un indefinido tiempo. La intención de originalidad prima, las interpretaciones suman y el viaje entre mitos, sueños y leyendas discurre como una melodía oscura que conduce a las estancias de la muerte. Es una película de ideas que van posándose entre planos sin buscar el fácil impacto, con un 'sexto sentido' para provocar sin parecerlo y para moverse con destreza entre historias turbadoras, aunque la incoherencia y el absurdo tomen ocasionalmente el mando. La vocación de estilo prima sobre una historia que retuerce abusivamente lo inquietante.