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El paquidermo domestica al ilusionista

El paquidermo domestica al ilusionista

'Dumbo' | Género: Animación; Dirección: Tim Burton; Salas: Cinesa y Peñacastillo

Guillermo Balbona

Santander

Lunes, 1 de abril 2019, 17:33

Hay más trompa que orejas. Es decir, más ego que ganas de demostrar la identidad. Más elefantiasis de lo fantástico que imaginación desatada. Y el vuelo es bajo, muy bajo, más rasante que arriesgado. El paquidermo domestica a la criatura de la ilusión.

Este 'Dumbo' de bella factura y con un diseño de producción muchas veces impecable, se limita, sin embargo, a cumplir con el encargo. Es como esas funciones, que las hay, de teatro o circo, donde saltan las costuras de lo funcional y ordinario y queda ausente la chispa, la magia, el deslumbramiento. Todos han cumplido, sí, pero la representación nunca traspasa la cuarta pared.

Hace tiempo que Tim Burton, el extraordinario maestro de ceremonias de lo raro, el demiurgo de la diferencia, ha olvidado las excelencias de la chistera y deambula entre encargos, historias que nunca fagocitan su talento y trayectos anodinos. Sus viajes al asombro se asemejan a esos accesos artificiales de tiempo limitado que posee todo parque temático. Cuando parece que uno ha traspasado una frontera hacia el otro lado del espejo ya está en la salida de la feria o de la barraca elegida. 'Dumbo' es un artefacto de postal, con un arranque esteticista deslumbrante, entre lo vintage y lo documental, pero frío y distante. No ayuda en ningún momento cierto histerismo, lo crispado del tono, solo amortiguado por la mirada de Eva Green y un estado más de tristeza que de melancolía que recorre la película.

Es un 'Dumbo' que lleva a otra dimensión el personaje Disney de hace ochenta años, pero sin que ello suponga revolución, ni traslación o traducción personal. Por ejemplo, no existe mutación del ternurismo ni aprovechamiento de la crueldad intrínseca que rodeaba a la criatura original. El 'Dumbo' de Tim Burton es una ilustración, elegante pero sin agitación, una colección de cromos que nunca remonta el vuelo de lo burtoniano. Como si a 'Eduardo Manostijeras' le hubiesen cortado sus singulares aditamentos. Sigue existiendo en la superficie el apego a lo raro, el elogio de la diferencia, el subrayado de la marginalidad, el clima de la extrañeza, pero el filme nunca opta por el funambulismo sino por la red. Nunca explora las posibilidades del personaje desde el vértigo, sino desde la materia prima de lo conocido.

Burton se instala en lo grandilocuente sin grandeza. Como en 'El hogar de Mis peregine para niños peculiares', su Dumbo solo cautiva en planos aislados, en posos de su genialidad visual, en el primer vuelo en público del elefante…Pero se desprende escasa empatía entre el creador y el personaje elegido. Camino de rodar su regreso a 'Bitelchús', Burton se ha vuelto conservador, militante presente pero sin compromiso, de tal modo que, como en 'Dumbo', ha relegado la facultad de asombrar como una de las bellas artes. 'Dumbo' quizás vuele hacia lo salvaje de su naturaleza, pero el cineasta de 'Ed Wood' permanece enjaulado en su finca muy privada.

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