Entre sor perdida y sor víbora
'Entre tinieblas' | Género: comedia; Dirección: Pedro Almodóvar; Salas: Bonifaz. Filmoteca. Esta semana
Guillermo Balbona
Santander
Jueves, 25 de abril 2019, 08:07
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Guillermo Balbona
Santander
Jueves, 25 de abril 2019, 08:07
Formó parte de una muestra en el Reina Sofía; en Venecia entusiasmó y escandalizó; y supuso un antes y un después en la trayectoria de Almodóvar. 'Entre tinieblas', debut del manchego en un festival extranjero, es una ópera pop de monjas, drogas, adicciones ... y pasiones, que a veces son lo mismo.
Al margen de la singularidad religiosa, el filme empieza a mostrar signos de madurez, vocación de estilo y esos equilibrios imposibles de comedia y dramedia que ha desarrollado su cine. Por no hablar del componente femenino, en vari0as voces, ratificado en 'Mujeres al borde de un ataque de nervios'. Cabía aún el peso de esa etiqueta de lo moderno sobre Almodóvar y su troupe, hoy objeto de análisis sociológico, pero su cine comenzaba a fluir de manera independiente y sólida.
Las chicas Almodóvar ya postulaban su protagonismo, plasmado en ese coro de monjas interpretado por Julieta Serrano, Carmen Maura, Marisa Paredes y Chus Lampreave, junto a Mary Carrillo, que encarna de manera magistral a una peculiar marquesa. Así las cosas el disparate y el ojo almodovariano se aúnan en una miscelánea curiosa con el epicentro en el convento de las Redentoras Humilladas, una cabaretera metida en apuros y los perfiles de Sor Perdida, Sor Estiércol, Sor Rata de callejón y Sor Víbora. Pero vista hoy lo importante es el efecto de frontera que su tercer largometraje tuvo para Almodóvar su cine venidero.
El gancho para otros públicos ajenos a la movida y a los chascarrillos de la Transición y, sobre todo, el ejercicio estético y de estilo con encuadres sofisticados, el uso de lo popular, el melodrama (siempre con los referentes de Fassbinder y Douglas Sirk asumidos a su modo) y su cuidada y obsesiva dirección de actores.
La imaginería cristiana, el sexo, las jocosas referencias al masoquismo y la heroína produjeron una mezcla tan provocativa en la época como diferente según los estados de ánimo y las sensibilidades sociales. Entre el delirio y la diversión, entre boleros y marginalidad, entre lo tórrido y la fantasía perversa, se mueve una historia histriónica y decadente, festiva y original en su mezcla de comedia y tragedia, a través de la iluminación, el montaje y, por supuesto, los intérpretes. Muy cerca del Buñuel de ateo por la gracia de Dios, este Almodóvar reaparece de otras maneras y tonos en su filmografía, caso de 'Los abrazos rotos'.
El gran y lúcido crítico Guarner escribió en su día: «'Entre tinieblas' es un imposible cruce de folletín mexicano, película de Sara Montiel, melodrama de Douglas Sirk y tebeo underground. (...) Y los símbolos religiosos están tratados con respetuosa ironía, como si se pretendiera recuperarlos a través de una alegre sensualidad pagana». Estilo visual, mirada irónica y equilibrio de excesos en un álbum hilarante y saleroso que saludaba otro paisaje tras el nacionalcatolicismo oficial.
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