La realidad supera el reflejo

La ambigüedad o cierta precaución, quién sabe si moderado temor al exceso, lo cierto es que 'The Apprentice' (el aprendiz) se queda como un retrato a priori osado, pero algo melifluo. Falta garra o quizá Ali Abbasi busca distancias, miradas esquinadas al enfrentarse al monstruo en su etapa de formación. Puede pensarse en una mirada inteligente que evite ponerse a la altura de la radicalidad nauseabunda del personaje, pero la historia, la minúscula y la que vivimos con mayúscula, pedía más ardor guerrero.

Un extracto de un mitin de Trump ahora resulta más revelador de la figura de este manipulador, desagradable y vulgar prepotente con Estados Unidos por montera, que muchos de los pasajes de este filme. La realidad supera a su espejo. Y el pseudopolítico dispuesto al vale todo para volver a la Casa Blanca se muestra en estado puro y siempre por encima de cualquier intento de exploración en su identidad.

Ni la caricatura, que no es el caso, ni la investigación ni la disección, aquí a medias, parecen suficientes para desvelar un relato coherente. El cineasta de la más que interesante 'Border' busca los momentos fundacionales del personaje, en lo político y en su vida personal, aunque todo parece limitado para aportar hallazgos sobre la entraña de la personalidad que hoy conocemos. No hay sorpresas y tampoco Abbasi parece muy interesado en ahondar en ese magma de corrupción y abuso que va alimentando la bestia. Al contrario, el filme se desliza por ese primer trayecto del tiburón que acabará saltando de su piscina al océano del poder. El punto fuerte de la película, que es, y a veces no lo parece, un biopic parcial al uso, reside en presentar ese vínculo crucial en la carrera de Trump con el abogado ultraderechista y consejero/conseguidor Roy Cohn y, posteriormente, con Ivana Trump. El cineasta de 'Holy Spider' incide en mostrar sin profundidades que el aprendiz Trump mutó todos los trucos iniciáticos del perverso maestro en un trayecto sin escrúpulos. El director de origen iraní afincado en Dinamarca solo araña en la superficie de la criatura megalómana. Lo hace con estilo, irónicamente documental a veces, dejando la puerta abierta a matices subliminales. Todo se asemeja a una historia más de bajos fondos, aunque su mejor baza sea ese discurrir entre un sutil sentido del humor y el miedo que provoca el peligroso magnate con ganas de devorarlo todo. Uno, en cierto modo, añora el 'Wall Street' de Stone y se pregunta qué hubiera hecho Scorsese con este material de derribo moral.

• Temas
• Donald Trump
• Casa Blanca
• Estados Unidos
• Festival de Cannes
• Historia del Cine
• Rodajes
• Cine
• Críticas de Cine