
Rupturista y vigorosa
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Estilización visual y abstracción, ironizó con los estereotipos y dejó en los 60 una violenta e impactante vuelta de tuerca al cine negroEs como una isla que reinauguró un género. Y al tiempo un golpe seco, violento, aislado, tan definido como exento de correspondencias facilonas. John Boorman, ... el cineasta de 'Excalibur', firmaba su segunda cinta a partir de una novela de Donald E. Westlake, 'The Hunter', escrita bajo el pseudónimo de Richard Stark. En un momento de decadencia del cine negro el director británico agita las aguas turbulentas de los estereotipos con un filme que zarandea al espectador. Su uso desgarrado de la violencia, la estructura entrelazada de elipsis y flashbacks, los trampantojos y esa atmósfera engañosa, entre la alucinación y la hipérbole, siempre con la venganza como hilo conductor. Para ello se sirve también de una intriga y de una narración que tiene mucho de extrañeza.
País EE UU
'A Quemarropa', no obstante, destila aún más personalidad con la presencia de Lee Marvin, tan poderosa como clave en ese estudio psicológico que prima en el perfil del personaje, sus obsesiones y decisiones vinculadas a un pasado oscuro. Es un filme en construcción, dotado de un montaje y una banda sonora excelentes. Tiempo y espacio, flashback solapados, diálogos entrelazados, montaje acelerado o ralentizado, espectaculares escenarios donde lo arquitectónico y lo espacial toman el mando son algunos de los factores visuales que construyen el universo de este filme provocador en su factura y tajante en su sentido de la ficción.
Lee Marvin y Angie Dickinson volvían a unirse en pantalla tras su encuentro en el estreno de Don Siegel, 'Código del hampa'. Una obra delirante y onírica, donde lo frenético y lo irónico enmarcan un perfil duro y brusco, rebosante de hallazgos. La transgresión y la alteración del ritmo son constantes en ese don de la ubicuidad que Boorman demuestra entre planos y situaciones. 'A quemarropa' supone un desfile de potencia narrativa donde los personajes son de titanio. Es ejemplar en su contrastado impacto entre el thriller de suspense y ese brutal y nervioso retrato. Entre la influencia de la nouvelle vague y la disección noir de una venganza, 'A quemarropa', juego laberíntico experimental, es la primera película rodada en Alcatraz tras el cierre en los sesenta del mítico centro penitenciario. Densa y rupturista, parece un espejo kafkiano, un bucle temporal entre pausas y silencios, tiempos y espacios, no muy lejos de la sombra de Godard.
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